Un francés que dijo haber sostenido la mano de la princesa Diana al pronunciar sus últimas palabras fue expuesto como un criminal de carrera. Abdelatif Redjil, de 54 años, testigo clave en la larga investigación sobre la muerte de la princesa en un accidente automovilístico en París, en 1997, dijo que, a punto de morir, Lady Di repitió la frase “Dios mío, Dios mío”. Él sostuvo su mano y le consoló en inglés: “No se preocupe”. Redjil afirmó incluso que escuchó que los paparazzi se acusaron mutuamente por haber causado el accidente, lo que influyó de alguna manera en que el jurado de Londres responsabilizara en parte a los fotógrafos por la desgracia. Pero debido al pasado de ladrón del testigo, sus palabras fueron puestas en duda. También conocido como "Dedos Dorados" y "El Cerrajero", Redjil es un especialista en robo, que puede entrar en un edificio equipado con un sofisticado sistema de seguridad sin dejar huellas. En una ocasión penetró en la residencia de la nieta de Picasso y robó dos pinturas del gran artista valoradas en 45 millones de libras. El tribunal le condenó a cinco años de cárcel con suspensión de dos años. Sin embargo, escapó y sacó miles de libras de una máquina ATM en París. Además, se cree que fue también el cerebro de un atraco de 30.000 libras a un banco británico. Redjil fue detenido el 14 de octubre pasado, mientras intentaba abrir un cajero automático y actualmente está en la cárcel, en una celda en la que se instaló una cerradura con contraseña, para evitar su fuga. Durante los últimos años se han divulgado muchos rumores sobre la muerte de la princesa Diana. Como testigo clave del accidente, las palabras de Redjil han sido consideradas clave. Sin embargo, la revelación de su palmarés como ladrón puede afectar enormemente su credibilidad.