A finales de 2002, Robert Brooks compró una pequeña aerolínea que contaba con seis aviones de Boeing (5 aviones de Boeing 737 y 1 avión de 757). Cambió el nombre por Aerolínea Hooters, y empezó a ofrecer servicios de aviación civil y de vuelos fletados temporales entre 15 ciudades estadounidenses. En aquel momento, Robert no intentaba ganar dinero con su Hooters, ya que era casi imposible para una pequeña aerolínea con sólo seis aviones que competiera con el resto del sector del país. Su idea era publicar anuncios para sus restaurantes en cadena Hooters a través la aerolínea. Si la aerolínea podía asumir la responsabilidad de sus ganancias y pérdidas, pues sería un gratis “tablón de anuncios volante” para Robert.
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