Los tiroteos y los ataques aéreos del lunes contra los insurgentes talibanes en la provincia occidental afgana de Farah dejaron treinta militantes y varios civiles muertos, informó el martes el gobernador provincial, Rohul Amin.

"El enfrentamiento estalló el lunes en la mañana cuando cerca de 200 insurgentes atacaron los puestos de control en el distrito de Balablok y la policía respondió al fuego", declaró Amin a Xinhua.

Añadió que los militantes se reunieron en el poblado de Garani y comenzaron a atacar a las fuerzas de seguridad, pero las autoridades llamaron a apoyo aéreo como un esfuerzo para desalojar a militantes.

El gobernador agregó que las aeronaves de las Fuerzas internacionales de Asistencia de Seguridad (ISAF, siglas en inglés), dirigidas por la OTAN bombardearon los escondites desde el aire provocando grandes bajas entre los rebeldes.

"Desafortunadamente hemos recibido reportes de que civiles también han sido heridos durante el ataque", señalo Amin, sin embargo no señaló cifras del número de víctimas entre la población.

Mientras tanto, Ahmad, un residente del poblado de Garani, dijo vía telefónica que el número de bajas civiles se eleva a sesenta, lo cual no puede ser verificado de manera independiente.

De igual manera, el gobernador anotó que los militantes asesinaron el mismo día a tres civiles públicamente en el poblado, bajo los cargos de cooperación con el gobierno y tropas extranjeras.

Las contínuas bajas civiles provocadas por fuego amigo han hecho que el gobierno afgano critíque a las fuerzas dirigidas por Estados Unidos en el país asiático, ya que los comandantes de las tropas internaciones han prometido evitar herir a la población no combatiente.