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Para muchos, una visita a China no está completa si no se ha ido a la Gran Muralla. Debido a su rica historia y status mítico como la estructura más larga producida por el hombre, la Gran Muralla se ha convertido en un lugar turístico obligatorio para todos los que viajan a China.
Con 4 millones de visitantes al año, la ironía no está perdida en saber que una fortificación china construída para el propósito de proteger a las dinastías de asaltos de tribus ahora atiende específicamente a multitudes de extranjeros que invaden con visitas y mercancías cursi como camisetas de “yo escalé la Gran Muralla”.
Con la prisa de China para hospedar a millones de visitantes durante las Olimpiadas de Beijing, se están realizando grandes esfuerzos en la restauración física, aunque se suele perder un sentido de la historia en el proceso de renovación. Para cualquiera que planee experimentar una sección de la Gran Muralla que aún conserva un aire más anticuado, la Gran Muralla en Simatai permanece como una de las mejores opciones para vistas espectaculares mientras se conserva un sentido del contexto histórico.
Situada en el norte de la Comarca Miyun, 130 kilómetros al nordeste de Beijing, Simatai ha sido designada como lugar de Patrimonio Cultural del Mundo por UNESCO, y descrito por algunos como lo “mejor de la Gran Muralla.” Construido originariamente durante la Dinastía Qi del Norte (550 – 577), y reconstruido por Qi Jiguang durante los años Hongwu de la Dinastía Ming (1368 – 1644), esta sección de Simatai es famosa por su diseño único e inimitable como una de las pocas áreas que conserva las características originales de la Gran Muralla de la Dinastía Ming.
La Gran Muralla de Simatai comienza desde el Edificio Wangjing en el este y termina en Houchuankou en el oeste. Extendiéndose por una distancia de 5,7 kilómetros y con 35 torres de vigilancia (incluyendo la torre en el agua que ha sido dañada), es una de las secciones de la Gran Muralla con una concentración de atalayas. La distancia entre las dos atalayas más cercanas es inferior a los 20 metros.
La Gran Muralla de Simatai tiene una impresionante manera y una ubicación estratégicamente importante. Toda la sección ha sido diseñada cuidadosamente con varios tipos de muros y atalayas. La mayoría de ellos están bien conservados, lo que demuestra la sabiduría de los obreros en los tiempos antiguos, y los altos valores militares, arquitectónicos y artísticos.
Pese a haber resistido a más de 400 años de tiempo, la Gran Muralla de Simatai mantiene una gran cantidad de ladrillos con grabaciones de palabras y ornamentos exquisitos, exhibiendo su tecnología de construcción perfecta que le permite conservar la información histórica a un grado máximo.
La Gran Muralla de Simatai está separada por la Reserva Miyun en la parte oriental y occidental. La parte occidental es una caminata más moderada, con 20 atalayas bien conservadas, mientras que la sección oriental cuenta con 16 atalayas y un terreno más empinado y rocoso que convierte a la caminata en una experiencia más agotadora.
La parte oriental está construida sobre cadenas de montañas afiladas, aumentando desde los 295 metros hasta los 986 metros en 2,7 kilómetros, por lo que se parece a un enorme dragón volando desde el lago hacia las nubes. Uno puede ver a la Gran Muralla desde el aire, y apreciar los diversos tipos de atalayas, muros de obstáculo, estupendas piscinas y enormes piedras de tortuga.
La zona occidental, más llana, de la Gran Muralla Simatai es bastante atractiva, con los originales contrafuertes del muro, parapetos, puertas y ventanas, lo alto de edificios, agujeros para disparar, desagües, grifos, etc...
Caminar en Simatai puede ser desafiante, pero la energía usada en atravesar picos altos y terrenos escarpados – algunas veces precariamente cerca de los bordes del precipicio – es recompensado con vistas incomparables.
Actualmente, existe un teleférico, con las entradas para la ida y vuelta costando 50 yuanes (7 dólares USA) y para ida costando 30 yuanes, el cual sirve como un punto de salida a 40 minutos caminando de la Gran Murall Simatai. Sería una alternativa muy útil si se ha torcido el tobillo o quiere dedicar tiempo a visitar la Gran Muralla sin prisas.
Más aún, existe un paseo en tobogán desde la Gran Muralla de Simatai hasta el teleférico, el cual cuesta 30 yuanes. Este elemento de la experiencia de Simatai no es necesaria y además es un derroche de dinero, ya que cualquiera que quiera llegar hasta el teleférico puedo caminar hasta él a través de unas escaleras.
Hasta ahora, Simatai permanece impotente y tranquilo. Distanciándose del área de teleféricos serpenteando hacia el aparcamiento, y volviendo la mirada hacia las colinas que ondean tranquilamente hacia la distancia, es posible imaginar la historia volviendo a la vida. De repente, la imagen de soldados solitarios guarneciendo las atalayas durante años es más tangible que nunca. Es dentro de este ambiente sereno que usted podrá empezar a ver cómo dichas resonancias de la historia se han establecido en campo chino, y usted empieza a sentir a Simatai como su propia pieza de la historia de la Gran Muralla.
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