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Decenas de miles de familias de toda China, dispuestas a mostrar su amor, han abrumado a las autoridades de Asuntos Civiles locales con llamadas telefónicas para pedir la adopción de niños que quedaron huérfanos por el peor terremoto que ha ocurrido desde la fundación de la Nueva China en 1949.
El terremoto de una magnitud de 8,0 grados ocurrido el 12 de mayo, y que tuvo su epicentro en el distrito de Wenchuan, provincia de Sichuan, suroeste de China, ha causado la muerte de más de 50.000 personas, la desaparición de unas 30.000, herido a decenas de miles y dejado sin hogar a más de 4,8 millones de personas.
Además, se desconoce el paradero de los padres de miles de niños. Hasta ahora, el número de los niños que han quedado huérfanos de manera definitiva es relativamente bajo en relación con la cifra de muertes total.
No obstante, el número de candidatos a padres es enorme. En la última semana, después de demostrar su amor a las áreas devastadas por el terremoto con donaciones de dinero y suministros humanitarios, los chinos han puesto su atención sobre los huérfanos.
"Nuestro departamento tuvo que responder diariamente a 2.000 llamadas de todo el país hechas para solicitar la adopción de huérfanos", comentó Ye Lu, director de la Sección de Bienestar Social del Departamento de Asuntos Civiles Provincial de Sichuan.
"Algunos incluso llamaron a nuestras líneas telefónicas especiales a las cuatro de la madrugada", declaró. "Muchos acuden en persona a nuestra oficina todos los días", expresó.
Las autoridades locales han identificado a unos 70 huérfanos y a más de 4.000 niños sin hogar cuyos padres aún no han sido localizados y los han albergado en instituciones de atención social en diversas ciudades, mencionó Ye.
El gobierno ha indicado al público que por el momento, no empezará a buscar a nuevas familias adoptivas y que la ayuda por desastre sigue siendo la máxima prioridad.
Sólo en Beijing, más de 3.000 ciudadanos han expresado interés en adoptar, indicó Wu Shimin, director del Buró Municipal de Asuntos Civiles de Beijing, quien afirmó que las autoridades locales ofrecerán subvenciones a las familias que adopten a huérfanos del terremoto.
"Como la capital del país, Beijing hará sus máximos esfuerzos al respecto", expresó.
En términos de la intensidad y esfera de destrucción, se cree que el terremoto del 12 de mayo en Wenchuan superó al de 1976 en Tangshan, provincia norteña de Hebei, donde murieron más de 240.000 personas. El terremoto de 1976 de una magnitud de 7,8 grados dejó a más de 4.200 niños sin hogar. Cerca de tres cuartas partes de ellos fueron adoptados por familiares o extraños con buen corazón.
Casi una tercera parte de ellos fueron albergados en internados administrados por el gobierno, y el resto por grandes empresas gubernamentales.
Ahora, los chinos han empezado a reconsiderar las modalidades de reubicación de los niños que quedaron huérfanos por el terremoto de Tangshan.
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