No obstante, a los sismólogos de Chuzhou les interesa más su valor para la investigación científica. Afirman que este animal, altamente sensible y muy cimarrón, es muy ideal para ayudar en la supervisión de los fenómenos marco anormales de posibles terremotos. Habitualmente, reacciona con vehemencia cuando ocurre un temblor de tierra leve a una distancia de dos o tres kilómetros. Su reacción es una gran ayuda para la observación y el seguimiento inmediato y en corto tiempo de los síntomas sísmicos. He ahí la razón fundamental por la que el personal sismológico de Chuzhou lo ha escogido para que “coopere” en la captación de indicios sísmicos.