Gateando sobre el monumento del reloj de sol en el campus de la Universidad Tsinghua, cuatro adolescentes sonríen ante las cámaras de sus padres. En torno al reloj de sol, el césped aparece pisoteado.

Con 4.000 turistas al día, las dos universidades más prestigiosas de China, Tsinghua y Peking, se esfuerzan por mantener su “ambiente académico” tras su apertura a grupos turísticos durante este verano.

"Hace unos días, varios turistas se sentaron en clase con sus equipajes y se dedicaron a charlar en voz alta", expresó Chen, estudiante de la Universidad de Peking, quien añadió que el campus se había convertido en un lugar demasiado ruidoso para estudiar.

La oleada de turistas también ha traído el desorden, la destrucción del césped y las pintadas en el campus.

"Una universidad no es un parque. Necesitamos cierto espacio para concentrarnos en nuestro estudio", declaró el profesor Ma Rong, de la Universidad de Peking, quien afirmó que los grupos de turistas dificultan su trabajo.

Muchas agencias de viaje han diseñado paquetes turísticos para quienes desean motivar a sus hijos mediante la contemplación de las torres de marfil de la educación superior.

Se estima que entre 4.000 y 10.000 turistas visitan a diario las Universidades Tsinghua y Peking durante las vacaciones de verano.

Para afrontar la situación, la Universidad de Peking ha tomado medidas que incluyen exigir a las compañías turísticas realizar reservas con tres días de antelación, limitar las rutas turísticas y desplegar a más de 100 guías voluntarios.

Por su parte, la Universidad Tsinghua limitará los horarios de apertura al público y fortalecerá la vigilancia para evitar comportamientos no deseados, precisó Chen Xi, alto cargo de la universidad.

(07/08/2007, spanish.china.org.cn-Agencia de Xinhua)