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Debido a la ocupación y uso irracionales durante largo tiempo, el 60% de los 322 patrimonios culturales bajo protección municipal o superior en Beijing sufren riesgos de seguridad latentes, mientras la proporción asciende al 90% en el caso de los más de 500 patrimonios culturales de nivel distrital. En fin, casi todos los 2.000 y tantos edificios antiguos de la ciudad padecen problemas de seguridad en distinto grado.
Según se informa, en los algo más de 100 patrimonios culturales de categoría municipal o superior de Beijing viven más de 4.000 familias, incluidas cerca de mil tan sólo en la Mansión del Príncipe Fu, la sede del antiguo Gobierno Ejecutivo de Duan Qirui y la Mansión del Ministro Chong Li. En las áreas de cero a diez metros de distancia de estos patrimonios prioritarios viven más de siete mil familias. Así que el uso de fuego y electricidad por los residentes ha constituido una seria amenaza a los edificios antiguos. Algunos sitios de patrimonio han sido ocupados por fábricas o residentes. Entre ellos están la sede de la antigua Universidad Chino-Francesa, la Mansión del Príncipe Ningjun y el Monasterio Nianhuasi, ocupados por tres entidades para el ensayo de equipos de láser de alta fuerza, el procesamiento de piezas mecánicas por tornos y la impresión por máquinas eléctricas, respectivamente. Muchos patrimonios ocupados carecen de instalaciones de seguridad perfectas. Por ejemplo, el antiguo Observatorio, el Edificio Rojo de la Universidad de Beijing y la Mansión del Príncipe Monje aún usan cables eléctricos caducados, la sede de la antigua Embajada de Estados Unidos, el Granero de Arroz Lumicang y el Monasterio Bailinsi no tienen agua contra incendios y el Salón Dagaoxuandian está desprovisto de pararrayos.
Un día este reportero acudió al Monasterio Zhihuasi, patrimonio bajo protección nacional prioritaria, donde vio que el muro oriental estaba contiguo a un callejón de sólo un metro de ancho, que al otro de éste estaban las viviendas de residentes, y que junto al muro había muchos galpones ilegales. En fin, la parte posterior del monasterio está rodeada de viviendas de residentes por completo y los aleros salientes del Pabellón de Diez Mil Budas casi tocan sus tejados y abajo están las cocinas que usan cilindros de gas licuado.
El presidente de la Administración de Patrimonios Culturales de Beijing, Kong Fanzhi, atribuye los peligros de seguridad de los edificios antiguos a tres causas. Primero, no pocos son usados irracionalmente como oficinas por entidades o como viviendas por residentes, de modo que generalmente existen serios riesgos de incendio. Segundo, la mayoría de los edificios ocupados para otros propósitos están en condiciones precarias, carecen de pasillos para el trabajo de bomberos o los tienen angostos, no tienen hidrantes contra incendios, viven allí grupos de residentes compactos y se han levantado muchas construcciones caseras ilegales. Y tercero, a muchas entidades solamente les han interesado el uso pero no el mantenimiento durante largo tiempo. El 20 de junio de 2004, cuando ocurrió un siniestro en la sala occidental del Monasterio Huguosi ocupada por una fábrica de ropa, una parte de esta sala de siete siglos de existencia quedó devorada por el fuego al cabo de dos horas debido a que los carros de bomberos no pudieron llegar al fondo del callejón donde se encontraba la fábrica.
A finales de 2005 y el 4 de abril de 2005, el gobierno municipal envió dos veces el aviso del orden de rectificación a plazos fijos a 16 entidades de protección de patrimonios y a 18 entidades usuarias de tales lugares con serios problemas de seguridad, pero sin surtir gran resultado. En vista de ello, la Administración Municipal de Patrimonios Culturales dice que estas entidades serían demandadas ante el tribunal si no dieran respuesta, no actuaran, no tomaran medidas y no mejoraran la protección.
Con respecto a la ocupación irracional de edificios antiguos formada en el pasado, la clave consiste en esclarecer la responsabilidad de los usuarios, exigirles asumir la obligación de protección, eliminar los peligros latentes y garantizar la seguridad, opina Zhang Tinghao, director del Instituto de Estudio de Patrimonios Culturales de China. Agrega que los gobiernos y los departamentos de administración de patrimonios de todos los niveles deben incluir el mantenimiento preventivo en el trabajo de protección de cada año e incorporar los gastos de mantenimiento a los presupuestos anuales. Al mismo tiempo, espera que los departamentos de bomberos de diversos niveles continúen intensificando su trabajo cotidiano para la protección de los edificios antiguos.
(25/07/2007, spanish.china.org.cn)
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