Huguo puede ser indistinguible de muchos otros pueblos del distrito de Xindu de Chengdu, capital de la provincia de Sichuan, en el suroeste de China, de no ser por Chen Jiagui, un granjero pintor de 62 años, cuya casa se ha convertido en un tipo de salón para los amantes del arte de todo el mundo.
Chen comenzó a pintar cuando era un niño y aunque la pobreza le impidió recibir apenas una educació primaria, conoció a muchos pintores famosos en Beijing, Guangzhou, Kunming y Wuhan, con los que pasó dos décadas para aprender su arte.
Lawrence Speer (el segundo de izquierda a derecha) visita a Chen (en el extremo derecho), durante su viaje a Chengdu, el pasado domingo. Li Yang.
A diferencia de la mayoría de los artistas tradicionales chinos, Chen no le da nombre a sus cuadros. Su trabajo sigue la línea del estilo tachisme, un diseño astracto que se basa en pintar al azar líneas y salpicaduras.
“Las personas pueden tener diferentes ideas sobre mis cuadros. Por ejemplo, alguien podría ver una estrella cuando mira un punto en una de mis obras, mientras otra persona verá una nota musical”, explicó.
Sus admiradores aprecian esa ambigüedad.
“Aunque ellos tengan diferentes interpretaciones de sus cuadros, a muchos de los que visitan su casa les sorprende que un granjero pueda producir pinturas abstractas tan preciosas. Algunos describen los puntos y líneas de sus cuadros como una expresión de armoniosa coexistencia”, comentó Song Xi, admirador del artista y periodista de la Televisión de Sichuan.
Song entrevistó a Chen hace varios años y ha acompañado a muchas personas a visitar su casa desde entonces.
El pintor confesó que él algunas veces se inspira en sus sueños para pintar los cuadros. Una mesa de dibujo colocada cerca de su cama es la evidencia de esa musa.
“Siempre que encuentro inspiración cuando duermo, me levanto y pinto, incluso si es pleno invierno”, señaló Chen.
A principios de este año, un amigo de Chengdu llevó seis cuadros de Chen a París, para una exhibición de arte chino, y los asistentes a la muestra quedaron encantados con su trabajo.
Después de conocer la historia de Chen, Lawrence Speer, un periodista estadounidense en BNA, una consultora de negocios con sede en Washington DC, lo visitó hace una semana, durante un viaje a Chengdu con su esposa francesa y su amigo, también francés.
Speer subrayó que los cuadros de Chen expresan el pensamiento del pintor y cuando le ofreció comprar una de sus obras, Chen le obsequió una como “un regalo de un granjero de Chengdu”.
Song dijo que, pese a su pobreza, Chen siempre es geneso con los visitantes.
(30/04/2007, spanish.china.org.cn)
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