"No veo como China puede ser considerada una amenaza. En comparación con los países industrializados hasta hace poco China ha registrado unas emisiones bajas y todavía siguen siendo relativamente bajas en términos de emisiones per cápita. El crecimiento del PIB en China provoca menores aumentos de las emisiones de dióxido de carbono que en otros países. Este tipo de ideas son exageradas e injustas", manifestó Ma.
En 2004 las emisiones de dióxido de carbono per cápita de China se situaron en 3,65 toneladas, mientras que la media mundial fue de 4,20 toneladas y la media de los países en vías de desarrollo llegó a 10,95 toneladas.
Más concretamente, un crecimiento del 1 por ciento del PIB genera un aumento del 0,6 por ciento de las emisiones. En China esta cifra se sitúa sólo en el 0,38 por ciento.
"Incluso si China supera un día a Estados Unidos en el total de emisiones de dióxido de carbono, dado que la población es cinco veces mayor las emisiones per cápita continuarán siendo más bajas", señaló Ma.
El ministro pidió un método más objetivo para evaluar las emisiones de dióxido de carbono y señaló que la globalización ha desplazado una importante parte de la producción a los países en vías de desarrollo, lo que ha aumentado su consumo energético.
"No queremos seguir el ejemplo de los países desarrollados, que contaminaron primero y buscaron una solución después. Pero merecemos una evaluación más objetiva de nuestros esfuerzos contra el cambio climático", remarcó Ma.
El plan de acción, de 62 páginas, detalla las medias que tomará China para mitigar y adaptarse al cambio climático. "Mitigar supone disminuir las emisiones de dióxido de carbono; adaptarse significa minimizar el impacto negativo de los gases invernadero a través de la mejora de nuestra habilidad para pronosticar y prevenir los desastres naturales", afirmó Ma.
(05/06/2007, Agencia de Xinhua)
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