Trabajando para cerrar el pozo que produjo una fuga de gas el pasado sábado, Xiong Shuzhou se siente seguro en su alojamiento temporal a 30 kilómetros del lugar del accidente en el distrito de Kaixian, en la municipalidad de Chongqing (suoreste). Además de Xiong, unos 10 mil residentes locales fueron evacuados tras la fuga de gas ocurrida el sábado pasado a las 7:00 horas en el pozo número 2 Luojia, propiedad de la Compañía Nacional de Petróleo de China (CNPC). "El jefe de la aldea llamó a cada una de las puertas para avisarnos y los autobuses nos esperaban para llevarnos al refugio en el centro del distrito, donde tenemos alojamiento temporal y alimentos", afirmó Xiong en una entrevista exclusiva con la agencia de noticias Xinhua. Es la segunda vez que Xiong está cerca de la muerte en los últimos 27 meses por culpa de fugas de gas, ya que ocurrió un accidente similar en el pozo de gas número 16H Luojia el 23 de diciembre de 2003, en el cual 243 personas fallecieron y otras 2.142 tuvieron que ser hospitalizadas. La gente no sabía que tenía que escapar hasta que observó la muerte del ganado, recordó el hombre de 58 años de edad. La tragedia del año 2003 ha acelerado la creación de un mecanismo de respuesta en casos de emergencia que incluye proyectos destinados a enfrentarse a las emergencias en todas las divisiones administrativas. Según el sistema, el público tiene que ser informado a primeras horas en caso de emergencia y los que intenten ocultar el hecho o no cumplan con sus deberes serán castigados. "Tras enterarse del accidente, el gobierno local ha enviado inmediatamente 80 autobuses para evacuar a los cerca de 10 mil residentes a los cinco alojamientos temporales, cada uno de los cuales dispone de tiendas, clínicas y personal de seguridad ", explicó Jiang Youyi, secretario del Comité del distrito de Kaixian del Partido Comunista de China. Asimismo, el gobierno emitió un aviso de emergencia a los habitantes del curso inferior del río Gaoqiao para que no beban el agua del río afectado por la fuga de gas, además de continuar publicando informaciones sobre la calidad del aire y del agua. Por su parte, los especialistas de emergencias encendieron el gas fugado a tiempo para prevenir la concentración del gas o posibles explosiones. Sin embargo, en el accidente de 2003, el sulfuro de hidrógeno se acumuló durante 18 horas hasta alcanzar seis mil veces más el nivel normal. Los encargados de solucionar el accidente decidieron ayer extender cemento en el subsuelo a través de la boca del pozo para controlar la fuga. No obstante, la complejidad del trabajo ha dejado preocupados a algunos residentes, quienes quisieran regresar a sus hogares. (29/03/2006, CIIC-Agencia de Xinhua) |