Expertos chinos en la cultura del té han descubierto que 23 grupos étnicos del suroeste del país aún conservan la costumbre de “comer té”, tras realizar una investigación sobre la historia y la realidad en la región del suroeste de China, que duró tres años y llevó a los expertos a recorrer 5.000 Km. El suroeste de China es el mayor centro de producción de árboles de té del mundo y el uso de este brebaje data de la dinastía Zhou del Oeste (1066 a. C.). Al principio, el té se usó como medicina con hojas crudas secas, más tarde como verdura y finalmente se tomó con agua caliente hervida, y pasó a ser una de las bebidas más saludables y populares de todo el mundo. Sin embargo, en la tierra de origen y en las zonas montañosas cercanas en las provincias de Yunnan, Sichuan y Guizhou, el municipio de Chongqing y la región autónoma de la nacionalidad zhuang de Guangxi, las etnias miao, dong, yao, dai, gelao, y tujia siguen manteniendo la costumbre de invitar a sus huéspedes a “comer té”. “El ´comer té´ tiene dos formas: una consiste en añadir muchos ingredientes o especies al té, mezclarlos y comerlos juntos; y en la segunda se mezcla el té con cereales”, explicó el profesor Liu Qinjin de la Universidad de Agricultura del Suroeste. “De las 23 etnias que “comen el té”, 16 también comen los restos de las hojas de té”, agregó. “La distribución de las zonas donde la gente ´come té´ y la antigua zona de producción de té tienen estrechas relaciones. La materia prima que se come son hojas de té de los grandes árboles, y el municipio de Chongqing tiene unos 2.200 árboles de este tipo. Al mismo tiempo, el desarrollo de esta costumbre está estrechamente relacionado con las condiciones geográficas, la comunicación y la economía, y por influencia de la cultura del té del centro de China las etnias que “comen té” también se están adaptando a tomar el té con agua caliente. (29/04/2004, CIIC) |