La primavera se adelantó un tanto este año, como resultado de un verano inusualmente tibio. Para millones de bebedores chinos de té, es hora de beber la infusión en su etapa más fresca. Para los cultivadores del té desde el sur del río Yangtsé, en la provincia de Fujian, Zhejiang y Jiangsu, en el oriente de China, hasta la provincia de Hubei, en el centro de China, es la hora de cosechar las mejores hojas de té, cocerlas al horno, empaquetarlas lo más rápidamente posible y enviarlas a los centros urbanos. Un alto número de cultivadores de té se han aventurado en los centros urbanos principales de Beijing, Shanghai, Nanjing, Guangzhou y Hangzhou, para mostrar sus habilidades en la preparación de la bebida., lo cual obedece a que cuanto más fresco sea el té, mayor será su cotización en el mercado. A diferencia de los granjeros en el este y centro de China, que siembran sobre todo té verde, los cultivadores locales de té en la provincia de Hainan, cultivan té negro. En las montañas de Wuzhishan, se encuentra la plantación de té de Tongshi, uno de los productores más famosos de té negro en la provincia isleña. Los agricultores allí no van a las ciudades a mostrar sus habilidades, porque producir té negro implica procesos tradicionales complicados que requieren de una permanencia total en el campo. Los años de duro trabajo han dejado surcos de arrugas en la cara de Wang Rencui, de 46 años de edad, quien ha trabajado en la plantación de té por más de 20 años. Como muchos de sus contemporáneos, Wang salió de su ciudad natal en la región autónoma de Guangxi de la nacionalidad Zhuang y fue a Hainan hace 26 años, para recibir "reeducación en un área rural" durante la "Revolución Cultural" (1966-76). Más de 1.000 jóvenes como Wang provenientes de todo el país dedicaron su juventud a construir la plantación de Tongshi en los años 60. "Hemos envejecido junto a la plantación," afirma Wang. "Hoy veo este lugar como mi ciudad natal." Diez años de trabajo duro hicieron de la plantación la mayor de Hainan en los años 70, y su marca, el té negro de Jinding, se conocía en todo el país en los años 80. "Todo parece estar igual que hace décadas," agregó Wang. Según se acerca el festival de Qingming, que cae el 5 de abril, los trabajadores de la plantación se mantienen ocupados en preparar el mejor té de la estación. Para mantener la calidad y el gusto natural del té, el trabajo es hecho en parte a máquina y en parte a mano. Generalmente, puede tomar varias horas para procesar las hojas frescas y empaquetarlas para el mercado. Con una producción anual de 350 toneladas, la plantación se ha convertido en una de las principales productoras de té negro del mundo. Sin embargo, como muchos otros plantadores de té en China, los de la plantación de Tongshi están buscando maneras de mejorar su eficiencia y la calidad de su producto. "El costo de producción es demasiado alto hoy en día," estimó Sun Zhongbang, uno de los administradores de la plantación. Los cinco hornos usados para secar el té solían utilizar madera como combustible. Con la prohibición de talar árboles, la plantación tiene que acudir al carbón, que es mucho más costoso. El sueldo anual promedio de los trabajadores es de cerca de 6.000 a 7.000 yuanes (722 a 843 dólares). Después de trabajar por algunos años allí, muchos jóvenes se van en busca de trabajos mejor pagados. Con todo, la plantación ha sido siempre una atracción para los recién llegados a la provincia insular. En la actualidad, los trabajadores piensan más en el futuro de la plantación. "Esperamos que la entrada de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) nos traiga nuevas oportunidades," expresó Zheng Yaren, vice-director de la plantación. "Estamos seguros que el futuro será brillante. Pero tendremos que luchar duro antes de alcanzar el producto perfecto." |