Bruce A. Campbell, 62, comenzó a pensar en mudanza y la elección cayó en un Boeing 727-200 aparcado en medio de los oscuros bosques de Oregón en el noroeste de los Estados Unidos. Un avión es robusto y resistente y aguanta casi todo mientras que una casa de madera normal puede prender fuego o simplemente ser comida por las termitas. Con esos argumentos prácticos en el bolsillo de atrás puso Bruce A. Campbell ‘manos al asunto’. Así que compró un avión de pasajeros usado. Y por igual suma de dinero luego lo decoraría y se convertiría en una vivienda.
Bruce A. Campbell, 62, comenzó a pensar en mudanza y la elección cayó en un Boeing 727-200 aparcado en medio de los oscuros bosques de Oregón en el noroeste de los Estados Unidos. Un avión es robusto y resistente y aguanta casi todo mientras que una casa de madera normal puede prender fuego o simplemente ser comida por las termitas. Con esos argumentos prácticos en el bolsillo de atrás puso Bruce A. Campbell ‘manos al asunto’. Así que compró un avión de pasajeros usado. Y por igual suma de dinero luego lo decoraría y se convertiría en una vivienda.