por Liu Chang

BEIJING, 21 ene (Xinhua) -- A Washington le gusta denominarse como una "ciudad brillante en la colina", pero el último cierre del Gobierno en el corazón de la democracia occidental ha puesto de manifiesto una vez más sus defectos crónicos.

El cierre, el cuarto de los últimos 25 años, es otro resultado de la disputa política entre los republicanos y los demócratas.

Lo irónico es que tuvo lugar en el primer aniversario de la presidencia de Donald Trump el sábado, una bofetada al liderazgo en Washington.

Con la elección de Trump y el control de ambas cámaras del Congreso por parte de los republicanos, parece que el Partido Republicano finalmente vengó los ocho años de una Casa Blanca demócrata. Su victoria más reciente fue la polémica reforma tributaria que introduce reducciones de impuestos, que según los críticos beneficiarán sobre todo a los más ricos.

La Administración Trump se ha retirado de casi todas las destacadas políticas puestas en marcha por su predecesor Barack Obama, incluidos el Acuerdo de Asociación Transpacífico y el Acuerdo de París sobre el cambio climático.

Si hay un legado que haya sobrevivido a la transición de poder, ha sido el espíritu de no cooperación entre partidos.

El Gobierno federal estadounidense cerró por última vez en 2013, cuando la Administración Obama y los republicanos en el Congreso estaban enfrascados en una batalla sobre el nuevo plan sanitario conocido como Obamacare.

Ahora que se está poniendo en marcha otro cierre, los dos partidos políticos principales están ocupados acusándose los unos a los otros de no hacer su trabajo.

Debido a su rivalidad implacable, muchos de los viejos problemas de Estados Unidos siguen sin solución.

El año pasado, los crímenes cometidos con armas de fuego aumentaron, la brecha de riqueza siguió expandiéndose, y las políticas se volvieron más polarizadas que nunca.

El sistema democrático de Occidente es elogiado por el mundo desarrollado como casi perfecto y como el sistema político supremo para administrar un país.

Sin embargo, lo que hoy está ocurriendo en EEUU hará que más gente en el mundo reflexione sobre la viabilidad y la legitimidad de un sistema político tan caótico.

Al fin y al cabo, para la mayoría de las personas, el criterio más importante para un sistema político efectivo es cómo este ayuda a resolver sus problemas, en vez de decirles a quién deben echar la culpa. Fin