BRASILIA, 25 jul (Xinhua) -- El grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) puede representar un punto de apoyo fundamental para Brasil en sus esfuerzos por renovar sus infraestructuras, impulsar la innovación y retomar el crecimiento económico.
Iniciativas como el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), conocido como el banco de los BRICS, tendrán un papel importante en el financiamiento de esos proyectos, pero también las estrategias conjuntas pueden suponer una contribución importante para el país sudamericano.
Afectada por el mayor ciclo recesivo de su historia, con una caída acumulada de cerca del 8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en los últimos dos años, la economía brasileña ha sufrido un deterioro que exige alternativas para modernizar la infraestructura de base, la capacidad tecnológica y el parque industrial.
Las necesidades en infraestructuras encabezan las discusiones que mantienen las autoridades brasileñas en las reuniones preparatorias de la cumbre del BRICS, que se celebrará en septiembre en la ciudad china de Xiamen.
Para José Luiz Pagnussat, miembro del Consejo Federal de Economía (Cofecon), los BRICS pueden ayudar a superar los obstáculos que enfrenta Brasil para actualizar una "infraestructura desfasada".
Las limitaciones de la inversión pública e incluso del sector privado impuestas por la crisis hacen que el país precise apoyo internacional para impulsar su recuperación.
"Además de las relaciones económicas y comerciales, los países del BRICS representan para Brasil una estrategia de financiamiento importante. Brasil tiene una infraestructura desfasada, y tampoco tiene en este momento capacidad de inversión. Es una situación que puede durar mucho tiempo", explicó.
A su juicio, "el espacio para la ampliación y mejoría de la infraestructura brasileña es inmenso, pero son necesarias vastas inversiones. Por ejemplo no tenemos un corredor para transportar la producción del centro-oeste, un gran polo de producción agropecuaria, lo que acaba encareciendo mucho los productos".
Un estudio del Global Infraestructure Hub (GIH), vinculado al G20, estimó que Brasil sólo conseguirá cubrir el 56 por ciento de los gastos en infraestructuras de transporte de aquí a 2040.
Las necesidades se concentran sobre todo en inversiones en rutas, cuyo volumen debería aumentar casi 3,5 veces con relación al nivel actual. En sectores como ferrocarriles, aeropuertos y puertos, apunta el informe, es necesario duplicar los gastos actuales.
Según otro estudio de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), Brasil presenta la peor actuación en cuanto a innovación de todos los BRICS y, en la clasificación mundial, pasó de la 47ª posición en 2011 a la 69ª en 2016.
Considera que el país debería aumentar en un 60 por ciento sus inversiones en este sector, tanto en recursos financieras como humanos, para alcanzar los índices de Suiza, que encabeza esa lista.
Lanzado como alternativa de financiamiento para mejorar las infraestructuras de los países emergentes, el NBD tiene previsto aprobar préstamos de por lo menos 32.000 millones de dólares en 50 proyectos en los próximos cinco años.
De acuerdo con su estrategia para el período 2017-2021, ese volumen de recursos aumentará hasta 47.500 millones de dólares en 75 proyectos.
El banco definió cinco estrategias prioritarias: generación de energía de fuentes renovables, infraestructura de transportes, saneamiento e irrigación, desarrollo urbano sustentable e integración económica.
Según el documento estratégico que el NBD presentó recientemente, las perspectivas económicas para los países del BRICS son alentadoras.
"Rusia y Brasil, que estaban en territorio negativo de crecimiento en 2016, tienen expectativa de retomar el crecimiento positivo en 2017 y en 2018. En Sudáfrica, la recuperación de la economía debe reaparecer en 2017 y fortalecerse en 2018. Las economías de China e India crecen a tasas altas y deben continuar teniendo un crecimiento robusto", apuntó.
Hasta el momento, Brasil recibió del NBD 300 millones de dólares a través del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), monto que será utilizado para financiar proyectos de energía eólica.
Otra iniciativa innovadora en el ámbito del BRICS es la creación del Fondo China-Brasil, en el que expertos y autoridades de ambos países tratan de definir las prioridades y el financiamiento necesario en infraestructuras.
El fondo, que comenzó a operar el mes pasado, prevé invertir 20.000 millones de dólares (15.000 millones por parte china y 5.000 por parte brasileña) en proyectos de interés para los dos países en suelo brasileño, en sectores como infraestructuras físicas, energía e innovación.
En el lanzamiento de la iniciativa, el secretario de Desarrollo de Infraestructura del Ministerio de Planeamiento, Hailton Madureira, destacó que en las próximas décadas pocos mercados serán tan atrayentes como el brasileño.
Entre los sectores realzados por el Gobierno están construcción y gestión de vías férreas, rutas, generación de energía, distribución de energía eléctrica, puertos, movilidad urbana, petróleo y gas, y saneamiento.
Pagnussat consideró que Brasil tiene como cuenta pendiente insertarse más en la economía global para poder establecer con más claridad las prioridades y la asignación de recursos.
"Brasil había asumido un liderazgo regional que se ha debilitado como consecuencia de la crisis política y económica. Para los BRICS eso no es bueno", resaltó.
Desde el punto de vista del bloque en su conjunto, Brasil representa una vía para fortalecer su relación con América Latina. "El apoyo de los BRICS a las inversiones en infraestructura relanzaría el proceso de integración latinoamericana, la cual, a su vez, aceleraría la integración con los países asiáticos", estimó. Fin