Santiago de Cuba, antigua capital de la isla y sitio lleno de historia sobre las luchas por la independencia, será la última morada del fallecido líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, cuyas honras póstumas prosiguen hoy martes.

Esta urbe, cabecera homónima de la segunda provincia más poblada del país después de La Habana, es calificada por los cubanos como "rebelde, hospitalaria y heroica".

La califican así por su protagonismo en las gestas libertarias, la simpatía y el afecto con que los santiagueros reciben a los visitantes, así como por haber dado a luz a muchos héroes y mártires de Cuba.

Justo allí terminarán los nueve días de duelo oficial por el deceso de Fidel Castro, con un acto de masas el 3 de diciembre a las 19:00 hora local (00:00 GMT) en la Plaza Antonio Maceo.

Al día siguiente (domingo 4 de diciembre), las cenizas del ex presidente cubano se colocarán en el cementerio local de Santa Ifigenia, donde también reposan los restos del Héroe Nacional, José Martí.

Este martes por la noche aún se llevará a cabo un acto de masas en la habanera Plaza de la Revolución y mañana miércoles, las cenizas de Fidel serán llevadas en un séquito que recorrerá casi 900 kilómetros en cuatro días hasta Santiago de Cuba.

El recorrido será en sentido inverso al de La Caravana de la Libertad que encabezó el triunfante líder cubano en enero de 1959, desde esa urbe oriental hasta La Habana.

Santiago, una de las siete villas fundadas en Cuba a inicios de la conquista española y capital de la ínsula desde 1515 hasta mediados del siglo XVI, es la segunda ciudad cubana en importancia.

El centro histórico de Santiago de Cuba fue declarado Monumento Nacional el 10 de octubre de 1978, en atención a todos los acontecimientos que allí han tenido lugar.

Rebelde y valiente desde siempre, la "Ciudad Héroe", elegida por Fidel Castro para su reposo final, tiene, al igual que toda la provincia santiaguera, una extensa hoja de servicios al país y de aportes a la historia patria.

La más caribeña de las urbes cubanas ha sido revolucionaria y apegada a la independencia desde sus albores en el mismo siglo XVI, cuando fue abandonada como capital.

Sus obreros, campesinos y clase media se defendieron con escasas fuerzas, pero con gran hombradía ante los ataques de corsarios y piratas europeos que entraban por su bahía.

Los santiagueros figuran en las páginas de la historia de Cuba, al apoyar el alzamiento de Carlos Manuel de Céspedes en el ingenio La Demajagua en Manzanillo, el 10 de octubre de 1868.

La gesta significó el primer paso de la lucha insurreccional del país, que concluyó con el triunfo de Fidel Castro y su Ejército Rebelde el 1 de enero de 1959.

En los casi 100 años de lucha independentista, Santiago estuvo presente con amplia participación de sus habitantes en la Guerra de Independencia reiniciada el 24 de febrero de 1895.

Acogió también en sus alrededores acciones decisivas como la Batalla Naval en la bahía durante la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana.

En el siglo XX, el 26 de julio de 1953, la urbe se volvió noticia internacional con el asalto al Cuartel Moncada por un grupo de revolucionarios liderados por el joven abogado, Fidel Castro.

Aunque la acción terminó entonces con el asesinato de la mayoría de los asaltantes, su objetivo se cumplió: movilizar al pueblo hacia la lucha final.

Posteriormente, el 30 de noviembre de 1956 se produjo el Levantamiento de Santiago de Cuba, organizado por el líder de la lucha clandestina Frank País.

Salieron entonces a las calles por primera vez las Milicias Verde Olivo del "Movimiento 26 de Julio", para apoyar el desembarco del yate Granma, proveniente de México con 81 expedicionarios y Fidel al frente.

La ciudad perdió en esa acción a varios de sus mejores hijos, y cuando el Granma llegó el 2 de diciembre atrasado por el mal tiempo, los patriotas santiagueros apoyaron desde la clandestinidad a Fidel Castro y a los pocos sobrevivientes de la embarcación.

Estos sobrevivientes iniciaron en la vecina Sierra Maestra, la recta final de la guerra que terminó con la victoria del Ejército Rebelde sobre la dictadura de Fulgencio Batista.

En los días finales de 1958, las tropas dirigidas por el fallecido líder cubano y las que comandaba Juan Almeida sitiaron a Santiago, y el 31 de diciembre estaban listas para tomarla, en el asalto final contra la tiranía.

El 1 de enero de 1959, Fidel Castro proclamó el triunfo de la Revolución, y lo hizo precisamente desde el balcón central del ayuntamiento de la ciudad rebelde, hospitalaria y heroica.

La historia de Santiago está entrelazada con grandes momentos de lucha protagonizados por el líder cubano fallecido, cuyas cenizas recibirá ahora para siempre.

En su cementerio de Santa Ifigenia reposan también los restos de próceres independentistas como Carlos Manuel de Céspedes, José Maceo y su madre Mariana Grajales.

Se encuentran además los restos del revolucionario Frank País, los del comandante rebelde Juan Almeida y los de la presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas, Vilma Espín, entre otros.

Esta urbe no sólo fue escogida por Fidel para su reposo final por hermosa y amada, sino por toda la historia de lucha que encierran sus calles, vetustos edificios y paisajes circundantes.

Allí cayeron muchos héroes que hicieron posible la Cuba de hoy y allí escribió gloriosas páginas el extinto líder cubano, quien ahora dará mayor renombre a la ciudad. Fi

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