El ministro de Hacienda de Brasil, Henrique Meirelles, aseguró hoy que el Gobierno Federal no contempla por el momento una intervención en el estado de Río de Janeiro, actualmente en situación de "calamidad pública" por la mala situación económica que viven las finanzas públicas regionales.
En declaraciones a la prensa, Meirelles dijo que la intervención federal sobre el Gobierno regional de Río de Janeiro sería "negativa por los efectos que causaría, que serían peores que las posibles soluciones".
El responsable de la Hacienda de Brasil dijo que "aunque el presidente no la decreta (la intervención federal), no depende de si tiene ganas o no, porque está sujeto a una serie de determinaciones constitucionales que darían base a la medida".
El ministro reiteró la intención de la administración central de ayudar financieramente a Río de Janeiro para salir de la grave crisis económica que arrastra, y citó como posibles medidas, que el estado "dé como garantías los ingresos procedentes del petróleo de ahora en adelante".
El estado de Río de Janeiro atraviesa una grave crisis financiera que llevó a las autoridades a decretar en junio el estado de "calamidad" pública, debido a la caída de los ingresos del sector petrolero a raíz del descenso de los precios del curdo en el mercado internacional.
La semana pasada, el gobernador Luiz Fernando Pezao anunció un duro recorte que incluye la supresión de programas sociales, la subida de impuestos y el aumento de los precios del transporte con la intención de poder reconducir la deficitaria situación económica.
La medida provocó una reacción airada de los funcionarios públicos, que llegaron a invadir y saquear la Asamblea Legislativa regional en señal de protesta.
También la semana pasada, el Gobierno Federal ordenó en dos ocasiones el bloqueo de las cuentas de Río de Janeiro por una deuda de 310 millones de reales (94 millones de dólares) que mantienen las autoridades regionales con la administración central.