Si bien su relación con China inició de adolescente, por su gusto a los potajes en los "chifas" (nombre que caracteriza a los restaurantes chinos en Perú), a la comida cantonesa y las artes marciales, la profesión de médico cirujano le abrió las puertas al peruano Orlando Leiva Meza para acceder a un postgrado en Medicina Tradicional China y convertirse en un promotor del "taichi" (boxeo de sombras) aplicado a la salud.

"La medicina tradicional china tiene varias especialidades: la herbolaria, la farmacopea; tiene lo que es la acupuntura y dentro de ésta la digitopuntura, la auricultura, la cráneopuntura, la fluidopuntura y la moxibustión", expresó en entrevista con Xinhua.

"Entre todos esos campos, el que más nos impresionó, nos motivó, fue el aprendizaje del tema de la acupuntura. Tres años estuve en China", agregó.

Leiva y su esposa, Ana Rioja, recién graduados como Médicos Cirujanos en la facultad de Medicina Humana de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima, postularon a sendas becas, a nivel de postgrado, otorgadas por el gobierno chino en 1986 y fueron escogidos.

Ambos habían empezado a laborar en el Hospital de la Policía Nacional del Perú "Augusto B. Leguía".

Apenas arribaron a Beijing, sin mínimo conocimiento del idioma mandarín, salvo la palabra "taypa" (usada en los populares "chifas" limeños como "plato bien servido"), pero con esmero y voluntad tomaron sus primeras clases de la lengua china en función a la práctica médica.

"Lo primero que tuve que aprender en China: el idioma. Claro que hicimos un idioma orientado a la salud, para involucrarnos y después allí iniciamos el aprendizaje ya de la medicina tradicional en los diferentes temas, pero muy en especial en la acupuntura", dijo.

"Esa fue la razón del movimiento de aprendizaje, conjuntamente con mi esposa, que me acompañó en ese postgrado", añadió.

Leiva recordó que cerca de los 15 años de edad, admirado por las películas de artes marciales, decidió ponerse el nombre de Da Long (Gran Dragón), pues considera que el animal representa la fortaleza, la vitalidad, la esencia de la vida. A su primogénito lo bautizó Xiao Long (Pequeño Dragón).

En el entonces Instituto de Medicina Tradicional de Beijing, luego Universidad, Leiva cumplió una residencia de dos años y, posteriormente, un año más en un hospital de Shanghai, recibiendo clases teóricas apoyadas en gráficas con textos en chino y prácticas atendiendo a pacientes, con el asesoramiento de docentes-médicos chinos.

Desde que llegó a Beijing le llamó la atención que en lugares públicos cientos de personas, de toda edad, se ejercitaban en las mañanas con el taichi, por lo que se puso a hacerlo bajo la guía de instructores, que le enseñaron 18 pasos básicos, los suaves movimientos, así como controlar la respiración.

A su regreso a Perú, Leiva y su esposa Ana volvieron al Hospital "Augusto B. Leguía", y pusieron en práctica lo aprendido en China a favor de sus colegas, tanto de la Policía Nacional como de afuera, y de los pacientes peruanos, por lo que comenzaron a trabajar con cursos en el Colegio Médico de Perú.

De esos seminarios de Salud Pública, señaló que con su esposa Ana y la también médica Clara Liau-Hing, publicaron un libro sobre las bondades terapéuticas de la acupuntura básica y el taichi.

Con el tiempo, Leiva también ha dictado cursos de medicina tradicional China a colegas y pacientes del Seguro Social (Essalud) y también en nosocomios de provincias.

La aplicación de sus conocimientos en los pacientes peruanos se da más con los que presentan enfermedades dolorosas, así como en casos de neumología, cardiología cardiovascular, gastroenterología, migraña, cefalea, insomnio y otros temas orgánicos, como en dólares articulares.

Paralelo a ello, desde los años 90 del siglo pasado, en el Hospital de la Policía, en el cual es actualmente director general, sigue difundiendo el taichi, en un promedio de cinco cursos regulares al año, de unas 10 semanas cada uno, como una panacea para enfrentar los rigores del estrés y contribuir a mejorar la salud pública.

Sobre si hay similitudes o diferencias entre la medicina tradicional china y la occidental, dijo que ambas son complementarias y ni una ni otra se invalidan frente a una patología; más bien, buscan el equilibrio para dar un eficiente diagnóstico y formular el tratamiento adecuado.

Al preguntarle si debe haber más cooperación entre Perú y China en el campo de la medicina, Leiva respondió que "en el caso del intercambio académico entre profesionales de la salud, sería una cosa que ayudaría mucho al fortalecimiento del manejo de la medicina tradicional china, en particular de la acupuntura".

El entrevistado agregó que, de su propia experiencia, entiende que en China también hay interés en conocer más de la medicina occidental y, en particular, de la medicina folclórica peruana, que también como su par china, utiliza hierbas para contrarrestar enfermedades.

Leiva aseguró que mantiene una relación fructífera con la legación diplomática china en Lima y con entidades vinculadas a la comunidad china en Perú.

Otro punto que destacó el médico es que su hijo mayor, Pedro (27), nació en Beijing cuando estudiaba el postgrado en Medicina Tradicional y, que actualmente está siguiendo una Maestría en Negocios y Comercio Internacional en la ciudad meridional china de Shenzhen.

Su hija Zoila (24) es licenciada en Ciencias Políticas y de Gobierno en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).

En los últimos 27 años ha vuelto cinco veces a China, en tres de ellas para llevar cursos médicos de extensión y otras dos de paseo, habiendo viajado de norte a sur y de este a oeste, quedando admirado de la gran transformación del país más poblado del mundo. F

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