¿Necesita un empleo? ¡Las compañías chinas están contratando!
A las 7:30 a.m. ya es difícil encontrar plazas de estacionamiento alrededor de la fábrica A123 Systems, fabricante estadounidense avanzado de baterías en Michigan, pues los turnos de trabajo matutinos ya han comenzado a esa hora.
Adquirido por la mayor compañía china de piezas de automóviles Wanxiang Group a principios de 2013, A123, una vez creador y fabricante líder de baterías avanzadas de iones de litio, fue salvado de la quiebra. Sus empleados despedidos volvieron al trabajo, en tanto se emplearon a más trabajadores.
Wanxiang no está sola. Apoyadas por un enorme mercado nacional y la sed estadounidense de capital para estimular su recuperación tras la crisis financiera de 2008, un gran número de compañías chinas han realizado considerables adquisiciones e inversiones en Estados Unidos, fortaleciendo las marcas locales y creando empleos.
Lo más importante es que la creación de empleo es solo uno de los resultados alentadores de las inversiones chinas.
El enlace de abundantes fondos y canales de distribución chinos con avanzadas tecnologías y experiencias en gestión estadounidenses también ha aumentado la competitividad de los grupos emergentes, generando un efecto de uno más uno es mayor que dos.
SALVACION DE EMPRESAS AGONIZANTES, VITALIDAD REACTIVADA
Dentro de la planta de A123 Systems, varias líneas de producción de 24 horas están ocupadas rodando y fabricando nuevos productos brillantes, un panorama que hace difícil que uno crea que la compañía se había hundido en la bancarrota debido a la ruptura de la cadena de capital justamente hace tres años.
Apenas un año después de la adquisición, Wanxiang ha logrado devolver a la compañía su rentabilidad y salvar más de 500 empleos estadounidenses. Recientemente, Wanxiang también anunció una inversión de 300 millones de dólares para expandir las instalaciones de producción en Michigan.
La compañía Greenfield Industries en Carolina del Sur, que tiene un papel de liderazgo en la industria de herramientas de corte, fue adquirida por 20 millones de dólares por TDC Cutting Tools con sede en China en 2009, cuando la empresa norteamericana agonizaba y contaba con solo 166 trabajadores.
Al principio "estábamos preocupados, escuchando diferentes cosas en la televisión sobre cómo los chinos trataban de comprarlo todo. También nos preocupaba que pudieran traer a su gente y excluirnos, pero eso no ocurrió", recordó la empleada Sherrie Carter.
"Es parecido a una atmósfera familiar y ha sido increíble", agregó.
Actualmente, Greenfield Industries ha vuelto a la vida y cuenta con 350 empleados en su nómina.
A123 y Greenfield Industries son ejemplos típicos de una serie de historias exitosas de la inversión china en Estados Unidos.
Según un reciente estudio, la inversión china en las empresas estadounidenses totaliza actualmente unos 50.000 millones de dólares y se espera que alcance los 200.000 millones de dólares a finales de la presente década.
Además, las últimas estadísticas publicadas por el Ministerio de Comercio chino muestran que las inversiones chinas respaldan unos 80.000 empleos estadounidenses a tiempo completo, un aumento de cinco veces en el último lustro.
Por supuesto, los empleos no son la única ayuda generada por las adquisiciones.
En 2013, el fabricante textil chino Keer Group invirtió 218 millones de dólares en la construcción de una planta de producción de hilos industriales en Carolina del Sur, antiguo epicentro del "corredor textil del sur" de Estados Unidos, el cual había perdió miles de puestos de trabajo en la ola de la globalización a partir de la década de los años 80.
Una fábrica de tinte e impresión y una planta de algodón siguieron los pasos de Keer para instalarse en los alrededores, contribuyendo a la revitalización industrial del estado.
A principios de este mes, en la ceremonia inaugural de una línea de montaje financiada por China Railway Rolling Stock Corporation en Springfield, Massachusetts, el alcalde Domenic Sarno dijo que el proyecto ayudará a revivir la industria local e inyectará vitalidad a su economía.
Charlie Baker, gobernador de Massachusetts, expresó que el proyecto "creo que tiene el potencial para ser un hito real para Springfield y Massachusetts Occidental" y "trae de vuelta la manufactura a la comunidad". (Contin