Hace más de 2.000 años, la antigua Ruta de la Seda, una ruta comercial de 7.000 kilómetros de longitud creada por mercaderes que viajaban en camellos, comenzó a unir a China con Europa a través de Asia Central y Occidental.
Hoy, la antigua invención todavía inspira a China y Estados Unidos a la hora de preparar sus respectivos planes para promover el desarrollo regional.
De esa inspiración han surgido la "iniciativa de la nueva Ruta de la Seda" estadounidense, con el destrozado por la guerra Afganistán en el corazón de un posible paso comercial entre Asia y Occidente, y la iniciativa china de "la Franja y la Ruta" propuesta por el presidente chino, Xi Jinping, para impulsar el comercio y el crecimiento a lo largo de la antigua Ruta de la Seda y más allá.
Expertos consideran que la próxima visita de Xi a EEUU a finales del presente mes brindará una oportunidad dorada para que China y EEUU revisen sus versiones de la iniciativa de la "Ruta de la Seda" para ver qué pueden hacer juntos.
UN CORO, NO UN SOLO
"Las dos iniciativas, una de China y otra de EEUU, tiene mucho en común en cuanto a sus propósitos, ya que buscan promover el crecimiento económico facilitando el comercio", señaló Yang Xiyu, investigador del Instituto de Estudios Internacionales de China.
Existe un gran espacio y un ambiente muy favorable a lo largo de la ruta para la posible cooperación entre China y EEUU.
"Es más bien un coro, en lugar de un solo de China", manifestó Xi Jinping al referirse a la iniciativa de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI, conocida abreviadamente como "la Franja y la Ruta".
China ha previsto su plan de una manera inclusiva y abierta para estimular la participación de todos los interesados, subrayaron expertos. Al igual que la antigua Ruta de la Seda, "la Franja y la Ruta" moderna facilitará el comercio y la cooperación entre países con diferentes religiones y culturas.
En el caso de EEUU, la "nueva Ruta de la Seda" es una iniciativa para Asia Central y Afganistán, dirigida a integrar la región y aprovechar su potencial como centro de tránsito entre Europa y Asia Oriental.
Hillary Clinton, quien propuso la iniciativa cuando se desempeñaba como secretaria de Estado norteamericana en 2011, explicó que la red permitiría a Afganistán atraer nuevas fuentes de inversión extranjera y acercarse a los mercados foráneos, a la vez que crearía nuevos mercados y oportunidades de inversión para toda la región.
La región, abarcada tanto por la iniciativa china como por la estadounidense, tiene un gran significado político y económico, cuya paz y prosperidad se corresponden con los intereses de China y EEUU, indicó Yang, destacando que constituye una sólida base para su cooperación.
Expertos sugirieron que Beijing y Washington deben iniciar conversaciones concretas al respecto, planteando las vías para cooperar en la construcción de infraestructuras, la facilitación de la inversión y la eliminación de las barreras comerciales, para dar riendas sueltas al potencial para el desarrollo regional.
SOCIO, NO RIVAL
Cuando la iniciativa china y el plan estadounidense se encuentren en la antigua Ruta de la Seda, no entrañará un choque sino una reacción química que generará un gran número de ventajas en beneficio de todos los implicados.
La cooperación chino-estadounidense en una región externa establece un nuevo frente para el desarrollo del nuevo tipo de vínculos entre grandes países, según los expertos.
La posibilidad y la necesidad de esa cooperación en una región externa se ha incrementado, con EEUU, la mayor economía del mundo, influyendo en gran medida en casi todos los rincones del mundo, y China, el mayor país en desarrrollo, incrementando su influencia en los asuntos regionales e internacionales.
En el último esfuerzo de colaboración para impulsar el desarrollo regional, un grupo de jóvenes diplomáticos afganos comenzaron el viernes un curso de formación de dos semanas en Washington, dentro de un programa conjunto organizado por EEUU y China.
Es el cuarto año que Beijing y Washington se asocian para formar, en el principio de sus carreras, a diplomáticos de Kabul, los cuales visitan las dos naciones a fin de desarrollar sus habilidades diplomáticas, comunicativas y de gestión.
Esta iniciativa conjunta es un buen ejempo para la cooperación entre China y EEUU en una región externa, dijo el embajador chino en el país norteamericano, Ciu Tiankai.
Según Yang Xiyu, la cooperación entre China y EEEU en este nuevo frente necesita un proyecto real y la iniciativa de "la Franja y la Ruta" podría ser un punto de encuentro donde ambas naciones aprendan a llevarse bien en un plano de igualdad y en beneficio mutuo, el elemento fundamental del nuevo tipo de lazos entre grandes países.
"Abrazar pronto el principio de igualdad y trabajar juntos para el desarrollo sostenible de la región es la clave del éxito", afirmó Yang.
RETOS POR DELANTE
La posible cooperación China-EEUU sobre la Ruta de la Seda también presentará retos más allá de la arraigada mentalidad de la Guerra Fría y la diferencia de ideologías entre China y EEUU, dijeron expertos.
Varios países a lo largo de la ruta, incluidos Pakistán y Afganistán, están aún plagados de conflictos, movimientos separatistas e inestabilidad política.
Estos factores supondrán amenazas para la seguridad personal, la construcción de infraestructuras y la futura inversión.
China y EEUU deben fortalecer la cooperación no solo el terreno económico, sino también en la restauración y el mantenimiento de la paz y la estabilidad en la región, opinó Yang.
Además, su cooperación sobre la Ruta de la Seda también supondrá retos en los sectores financieros. Por un lado es bien conocido que los proyectos de infraestructura, parte importante de las iniciativas de la Ruta de la Seda de China y EEUU, necesitan del apoyo de un sistema financiero internacional estable.
Por el otro, fundamentalmente, la cooperación comercial a lo largo de la Ruta de la Seda no se puede realizar con éxito sin buenos servicios financieros.
Los sistemas financiero y monetario internacionales atraviesan actualmente por una fase de ajuste y padecen de gran incertidumbre e inestabilidad. Por así decirlo, la cooperación entre la Franja Económica de la Ruta de la Seda de China y la Iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda de EEUU sería difícil con un sistema financiero global inestable.
China y EEUU, las dos mayores economías del mundo y el mayor país en vías de desarrollo y el mayor desarrollado, respectivamente, deben fortalecer la cooperación y llegar a un entendimiento en el área de las finanzas para facilitar los proyectos de cooperación a lo largo de la Ruta de la Seda, declaró Yang.
Pese a los retos por delante, los expertos creen que la Ruta de la Seda es lo suficientemente amplia y larga para que China y EEUU emprendan sus planes y cooperen.