Como dice un antiguo dicho chino, un buen vecino no se cambia ni por oro. Siguiendo las huellas de los líderes chinos en 2014, es muy evidente que el país asiático en ascenso, plenamente reconoce y estima el valor de la buena vecindad.

La nueva directiva de China ha propuesto "la cercanía, la sinceridad, el intercambio y la inclusión" como las características esenciales de su diplomacia de buena vecindad, y está llevándola a la práctica de manera demostrable.

Es probable que en ningún otro lugar lo sientan tan profundamente como en el sudeste asiático, donde el continuo ascenso de China como una fuerza regional activa y responsable ofrece la promesa de una paz y una prosperidad duraderas.

Con la participación del primer ministro chino, Li Keqiang, en una cumbre trienal de Cooperación Económica de la Gran Subregión del río Mekong (GMS, siglas en inglés), a celebrarse en Tailandia, los vecinos asiáticos se enfrentan a nuevas oportunidades para cerrar filas y esforzarse por conseguir una cooperación de beneficio mutuo.

Bajo el mecanismo de la GMS, iniciado hace 22 años, China y cinco países del sudeste asiático en la cuenca del Mekong (Camboya, Laos, Myanmar, Tailandia y Vietnam) han colaborado de manera estrecha entre sí para liberar el gran potencial inexplorado de la subregión.

Actualmente, la cooperación de la GMS abarca 10 campos, de los cuales destacan el transporte, la energía, la agricultura, el turismo y la facilitación del comercio, y cuenta con 92 proyectos prioritarios, lo que se traducirá en beneficios tangibles para sus pueblos.

Sin duda alguna, son la participación activa de China, así como el cada vez mayor pragmatismo que ha aplicado en la cooperación regional los que dan vida a la GMS y permiten que sus visiones se transformen en acciones concretas, si bien todavía hay un largo camino que recorrer antes de que se materialicen totalmente las ambiciones de la subregión.

Las dos últimas décadas han sido testigo de un aluvión de iniciativas dirigidas a promover la cooperación de la GMS, las cuales han contado con el respaldo de China.

Durante la V cumbre de Cooperación Económica de la GMS, programada para este sábado en Tailandia, China seguirá desempeñando un rol líder y presentará una serie de nuevas propuestas que conciernen a la interconectividad regional, la regulación de inversión y vías fluviales y la cooperación en corredores económicos, entre otros.

La participación de Li en esta cumbre también demuestra la voluntad política de China para fortalecer la confianza mutua y disipar las dudas que albergan algunos países de la región, incluido Vietnam.

China, que siempre insiste en la seguridad como una de las garantías para la cooperación de la GMS, también está al frente de los esfuerzos concertados para mantener la paz y la estabilidad en esta subregión asiática, plagada de crímenes transnacionales tales como el narcotráfico y el tráfico de personas.

En respuesta al asesinato, en 2011, de 13 marineros chinos en el Triángulo Dorado, una notoria zona dedicada a la producción de opio, el gobierno chino decidió efectuar patrullas regulares conjuntas con Laos, Myanmar y Tailandia, por el el río Mekong, con la finalidad de proteger la seguridad de esta concurrida ruta comercial.

En una escala más amplia, el mecanismo de la GMS es visto como un importante complemento de las relaciones de China con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, siglas en inglés), de la cual también forman parte Camboya, Laos, Myanmar, Tailandia y Vietnam, además de Brunei, Filipinas, Indonesia, Malasia y Singapur.

La cooperación de China con los países de la GMS, que por casualidad son los miembros menos desarrollados de la ASEAN, contribuirá a un desarrollo equilibrado de este bloque, acelerando así la integración regional.