El Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (Shoa) presentó hoy su nuevo Sistema Nacional de Alarma de Maremotos (SNAM), surgido tras el error del aviso tardío del tsunami de 2010.

Los nuevos equipamientos del SNAM fueron presentados por el director del Shoa, el contralmirante Patricio Carrasco, los cuales tendrán como sede las dependencias de la Armada en el puerto de Valparaíso, a 110 kilómetros al oeste de Santiago.

"Hay un salto tecnológico importante, hoy todos los sistemas están duplicados y triplicados ante la posibilidad de falla. Hay un concepto de la mejora continuo, de forma de que si uno colapsa o falla tengamos siempre un respaldo", señaló Carrasco.

Entre los nuevos equipos hay sensores de última generación, con capacidad para transmitir información de lo que ocurre a nivel del mar en tiempo real, a diferencia de los que habían en 2010 que tardaban cerca de una hora en comunicar la información.

Al mismo tiempo se presentó el nuevo refugio si la central presenta problemas luego de un terremoto. En él se puede hacer lo mismo que en la oficina ya que funciona con generadores de energía.

Carrasco explicó que también hay dos sistemas satelitales independientes para monitorear la información que llega desde extranjero, y un libro de registros donde se encuentran enumerados los procedimientos a realizar en caso de una emergencia.

También se creó un nuevo sistema de comunicación para la vigilancia del borde costero, creado por la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante, llamada Datamar Tsunami, que consiste en un conjunto de estaciones instaladas en puestos de mando para estar permanentemente conectados.

Este plan de modernización es parte de la reorganización de todas los departamentos de emergencia de Chile, incluyendo la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi), a raíz de las fallas presentadas para el terremoto y tsunami del 27 de febrero de 2010.

En esa ocasión la alerta de tsunami se dio tarde luego del terremoto de 8,8 grados Richter ocurrido en la zona central del país, y unas 125 personas murieron debido al retraso en la información, mientras otras 25 desaparecieron arrastradas por el mar. Fi