Pese a los desafíos que enfrentan los esfuerzos para estimular el crecimiento mundial, los resultados positivos de la reestructuración económica de China ayudarán a acelerar la recuperación al ofrecer nuevas oportunidades e ímpetu al comercio y la inversión globales.
Las reuniones anuales del Foro Económico Mundial (FEM) en Davos, que comienzan este miércoles, mirarán aún más de cerca las reformas financieras, económicas y sociales de China, y debatirán su impacto en la economía internacional en los próximos años, con una serie de sesiones integrales previstas para el encuentro de cuatro días.
Destacando los drásticos cambios acontecidos con las amplias y profundas reformas económicas de China tras la III Sesión Plenaria del XVIII Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) celebrada en noviembre de 2013, los participantes en el encuentro de Davos prevén analizar cómo los cambios estructurales dan forma al futuro del país asiático.
La reestructuración económica de China se centra en tres aspectos de ajuste estratégico: la demanda integral, la combinación industrial y la aportación de la producción.
China había apostado fuertemente a la inversión y la exportación para promover el crecimiento económico, pero ahora se concede un mayor papel al consumo interno. Cómo lograr el equilibrio entre la inversión y el consumo es uno de los temas a discutir en Davos.
El modelo económico basado en el consumo interno promueve el crecimiento estable, además de ser conducente a la atracción de inversión extranjera y servirá de estímulo a los países vecinos y la economía global.
Al incrementar la demanda interna de China se fomentará aún más el potencial de su mercado nacional. China espera importar productos por valor de tres billones de dólares estadounidenses durante el próximo lustro, con un incremento anual del 27 por ciento, superando en cinco puntos porcentuales el crecimiento de las exportaciones.
El aumento del consumo en el mercado chino se convertirá en un importante motor del crecimiento mundial. Quienes poseen productos y servicios atractivos para los consumidores chinos tendrán mayores oportunidades en el futuro.
El crecimiento de China solía depender de los sectores de minería, manufactura y energía, tendencia que será reemplazada por una estructura industrial más equilibrada que combine dichos sectores, así como la agricultura y los servicios.
El año pasado, el rendimiento anual del sector de los servicios aventajó al sector industrial por primera vez, marcando un progreso histórico en el ajuste económico del país. La reestructuración de las industrias y las empresas estatales en China será otro de los temas de debate en Davos.
Para mejorar la eficiencia del crecimiento, el antiguo modelo de ingreso y consumo basado en los recursos materiales será sustituido por uno basado en la innovación tecnológica, aumentado la calidad de la fuerza laboral y las reformas del sistema. En la agenda de la FEM también se incluyen las brechas entre el talento y la innovación, así como la incorporación de la sostenibilidad en los modelos de crecimiento de China.
El cambio de la prioridad a la mejora de la calidad del crecimiento, persiguiendo el desarrollo ecológico y sostenible e impulsando la industrialización, la informatización, la urbanización y la modernización agrícola, creará un nuevo mercado a gran escala para el mundo y estimulará a las compañías chinas a invertir en el exterior y buscar la cooperación económica y tecnológica.
Estadísticas del Ministerio de Comercio confirman esta tendencia. En los primeros 10 meses de 2013, la inversión directa extranjera (IED) no financiera de China creció un 20 por ciento. El año previo, la IED china se incrementó en 17,6 por ciento para alcanzar un récord de 87.800 millones de dólares, convirtiéndose en la tercera fuente mundial de IED tras Estados Unidos y Japón. La tendencia y el impacto de la inversión al exterior serán también debatidos en Davos.
Para finales de 2015, China planea disminuir su consumo energético en un 16 por ciento por unidad del Producto Interno Bruto (PIB), en comparación con los niveles de 2010, y su emisiones de carbono por unidad del PIB en un 17 por ciento. Se espera que surjan nuevas industrias energéticas y estratégicas en el país y para ello se requerirá de la cooperación internacional.
Preocupados por el cambio de China hacia el desarrollo ecológico, los asistentes a las reuniones de la FEM discutirán además las implicaciones de un crecimiento más lento en el país asiático y los efectos a largo plazo de una mayor eficiencia de recursos.
Mientras varios elementos en el mercado financiero internacional y los suministros de mercancías, así como incertidumbres en el esfuerzo para reformar las reglas del comercio y la inversión internacionales amenazan la recuperación económica global, la mejora de la economía china servirá de motor para el crecimiento mundial y de estabilizador en medio de los desafíos y riesgos, haciendo resonar otro tema en Davos: "China asume un papel protagónico".