ESPECIAL: La crisis de la derecha chilena ante la derrota electoral

La derrota del oficialismo en las elecciones presidenciales chilenas del domingo, viene a cerrar un período de creciente baja en los apoyos al gobierno del mandatario Sebastián Piñera, que resultó en la caída en la votación para los partidos de derecha que lo apoyaron.

La derrota del oficialismo en las elecciones presidenciales chilenas del domingo, viene a cerrar un período de creciente baja en los apoyos al gobierno del mandatario Sebastián Piñera, que resultó en la caída en la votación para los partidos de derecha que lo apoyaron.

La candidata oficialista Evelyn Matthei obtuvo sólo 37,83 por ciento de los votos en la segunda vuelta, frente al 62,15 por ciento de la opositora socialista Michelle Bachelet, en una victoria definida como "aplastante".

Evelyn Matthei no dudó en asegurar que "la responsabilidad política de esta derrota es sólo mía", pero lo cierto es que pese a que fue incapaz de convocar a su propio electorado a votar por ella, la crisis de la derecha se venía arrastrando desde las elecciones municipales de 2012.

Por otro lado, Matthei asumió la responsabilidad de enfrentarse a un difícil escenario cuando la derecha perdió a sus tres principales figuras a presidente, que debieron renunciar por problemas de conflictos de intereses o de salud.

Pero los números siguen mostrando evidencias preocupantes para la derecha. Matthei logró el domingo 2,1 millones de votos en la segunda vuelta, frente a los 3,5 millones que consiguió Sebastián Piñera en el balotaje de 2010.

La derecha perdió 1,5 millones de votos, que se sumaron a los otros millones de chilenos que decidieron hacer uso del voto voluntario y asistieron a sufragar. La abstención llegó al 59 por ciento del total del electorado.

Al mismo tiempo, en las pasadas elecciones parlamentarias, paralelas a la primera vuelta del 17 de noviembre, se vivió otro descalabro para el oficialismo: la oposición, el pacto de la Nueva Mayoría, obtuvo 68 de 120 diputados y 21 de 38 senadores.

Esto les da la mayoría absoluta en ambas cámaras y, a su vez, muy cerca de los mínimos necesarios para realizar los cambios en la Constitución prometidos.

Si bien para hacer la reforma tributaria se necesita el 50 por ciento más uno de los votos de ambas cámaras, donde puede aprobarlos sin problemas, Bachelet necesitará 72 diputados y 22 senadores si quiere terminar con el lucro en la educación, como se prometió en la campaña.

Pero para eso deberá recurrir a los independientes, cuatro diputados, que ya se han mostrado partidarios de la educación sin lucro, incluyendo dos ex dirigentes estudiantiles, mientras que en el Senado, el independiente Carlos Bianchi se convertirá en hombre clave.

Más allá de eso, para las reformas constitucionales necesita 80 diputados y 26 senadores, por lo que el diálogo con la derecha moderada, en especial con el partido Renovación Nacional, se convertirá en parte necesaria de las futuras estrategias.

Por ahora, en la derecha misma parece haber calma en medio de este difícil escenario. El mismo presidente Piñera, poco antes de las elecciones, ya visualizando una derrota, había expresado que esperaba que "no se iniciara una noche de los cuchillos largos".

Sus palabras, que recordaban a un triste episodio de la Alemania Nazi, se referían a las probables disputas luego de la derrota al interior de su sector, la que hasta el momento no ha llegado.

Ni el presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín, ni de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Patricio Melero, han presentado sus renuncias debido a la debacle, pero tampoco alguien se las ha pedido, al menos por ahora.

Esta mañana, ambos personeros llegaron al Palacio de gobierno de La Moneda para una reunión del comité político del presidente Sebastián Piñera, donde se declararon tranquilos ante esta derrota.

Pese a eso, Melero realizó una dura advertencia a la presidenta electa Michelle Bachelet.

"Tiene una mayoría electoral, pero no tiene una mayoría ciudadana, y tiene que ser por consiguiente, desde mi punto de vista, muy prudente y buscar un grado de apoyo con la oposición, que vamos a ser nosotros en el futuro, para construir los cambios que sí creo que no hay que eludir.

"Y la UDI ha demostrado en su historia política la capacidad de buscar acuerdos", dijo Melero.

Pero la ministra secretaria general de Gobierno, Cecilia Pérez, puso paños fríos y se mostró abierta a trabajar en el traspaso del mando con las nuevas autoridades que asumirán el 11 de marzo de 2014.

"Lo importante es dar vuelta a la hora y prepararnos para los próximos desafíos electorales, y como oposición colaborar con el próximo gobierno de Michelle Bachelet", dijo la ministra Pérez.

Y sobre las críticas que han surgido dentro de la derecha frente al fracaso electoral, señaló que "cada uno de nosotros comparte sus responsabilidades, lo que no estamos dispuestos es a estancarnos en una autocrítica", añadió.

Por lo mismo, aseguró que "quienes esperan un desangramiento de nuestro sector, no les vamos a dar en el gusto; aquellos que quieran sangre, no la van a tener de nosotros, lo que corresponde es no seguir fagocitándonos, ni destruyéndonos".

Mientras Bachelet anunció que a mediados de enero presentará a su gabinete, en la derecha se plantean cómo enfrentarse a estar, por primera vez, en absoluta desventaja en el Congreso y cómo negociar en esas circunstancias.

Desde el regreso a la democracia en Chile en 1990 tras el fin del régimen militar de Augusto Pinochet, la derecha pudo refugiarse para negar cualquier reforma en los nueve senadores designados, ex autoridades del gobierno militar que asumieron el puesto mandatados por la Constitución que ellos mismo crearon.

Aunque en el año 2005 el presidente socialista Ricardo Lagos pudo modificar la Constitución y eliminar la figura del senador designado, para entonces la derecha iba en auge electoralmente, por lo que pudo mantener su presencia.

Ahora, tras su primer gobierno elegido democráticamente desde 1958, la derecha chilena deberá prepararse para enfrentar un gobierno que ha prometido terminar con la herencia del gobierno militar que ellos apoyaron y defendieron en estos años. Fi

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Palabras clave : Chile, Elecciones

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