ESPECIAL: Gobierno de Bachelet aplicará un conjunto de reformas

Tras el triunfo en la segunda vuelta de las elecciones celebradas este domingo en Chile, el segundo gobierno de Michelle Bachelet, a partir del 11 de marzo del próximo año, aplicará un conjunto de reformas.

Tras el triunfo en la segunda vuelta de las elecciones celebradas este domingo en Chile, el segundo gobierno de Michelle Bachelet, a partir del 11 de marzo del próximo año, aplicará un conjunto de reformas.

Tres de los partidos que la apoyan: Socialista, Radical y Por la Democracia, son miembros de la Internacional Socialista, y son partidarios de la economía de mercado, pero con una distribución del ingreso más igualitario.

También integran su coalición la Nueva Mayoría, el Partido Democratacristiano, con gran vocación social, y el Partido Comunista, de tradición democrática de más de cien años y con influencia en el mundo laboral chileno.

Con su campaña electoral, Bachelet instaló en Chile tres grandes pilares: reforma tributaria, nueva constitución y una reforma a la educación y, tras asumir la presidencia en marzo próximo, su gobierno deberá promover una pedagogía en relación a cuáles son los momentos para aplicar estos cambios durante su mandato que terminará en el 2018.

Los tres meses antes de que asuma el poder serán complejos porque primero tiene que nombrar a su gabinete entre su amplia coalición, buscando equilibrio entre las diversas fuerzas políticas.

Según analistas locales, ello no evitará que existan divergencias entre las fuerzas más izquierdistas, que esperan que Bachelet realice transformaciones profundas, y los más centristas, que intentarán moderar sus posiciones.

Los analistas indican que el programa bacheletista es bastante moderado y no pocos empresarios han manifestado estar tranquilos, a pesar del anuncio de una gran reforma tributaria, teniendo en cuenta que durante el primer gobierno bacheletista tuvieron bastantes beneficios.

De todas maneras, las dudas respecto a la orientación del nuevo gobierno comenzarán a ser aclaradas cuando la presidenta electa nombre a los futuros funcionarios de su gobierno, pero la gran reforma tributaria tendría que afectar a los intereses del empresariado.

La nueva presidenta tiene que cumplir su promesa de reducir la desigualdad en el país, que está en el fondo de las protestas estudiantiles y ciudadanas que han sucedido en Chile desde el 2011. Esa será su primera prioridad en lo social, aunque tendría que hacer crecer la economía para contar con los recursos para sus reformas.

Es probable que Chile enfrente una desaceleración económica debido a factores externos, como la recesión de Europa y la lenta recuperación de la economía estadounidense, pero contará con el comercio con China y otras economías asiáticas, que siguen creciendo, para mantener su intercambio comercial.

Por todo lo anterior, el nuevo gobierno tenderá puentes hacia todos los sectores económicos, politicos y sociales.

Con su experiencia del gobierno anterior y de su labor en Naciones Unidas, Bachelet buscará construir consensos entre los sectores económicos y políticos, aunque deberá enfrentarse a una oposición de derecha que intentará torpedear sus reformas.

Ello obligará a Bachelet a negociar para lograr consenso en algunas reformas. Por ejemplo, para cambiar la constitución o aprobar la reforma tributaria, con la cual intentará contar con unos 8,500 millones de dólares adicionales.

Además, evitaría polarizar más al país, que ha estado dividido desde la crisis política que se desencadenó con el golpe militar de septiembre de 1973. Por eso, buscará que los cambios sean graduales, especialmente en lo referido a dar mayor papel del Estado en la economía, la educación y otros sectores.

Entre sus mayores desafíos está su promesa de una nueva constitución para sustituir a la que promulgó el régimen militar de Augusto Pinochet, donde encontrará la fuerte oposición de la derecha.

Todo indica que su idea es que la nueva carta magna sea lo más moderna posible y basada en derechos, no ligada a una doctrina económica como lo es el actual Estado subsidiario, y que hace que el mercado tenga un rol más que decisivo en el país.

Sin embargo, su proyecto no implica que el Estado tenga presencia en todos los sectores de la vida de los chilenos, sino que haya una mayor regulación y se garanticen todas las libertades propias de una sociedad democrática.

Bachelet ya gobernó Chile entre el año 2006 y 2010, terminando con un apoyo del 85 por ciento. Con el segundo mandato de Bachelet, Chile iniciará un nuevo ciclo de su historia, donde tendrá éxitos y dificultades, pero seguramente avanzará para el bien de todos los chilenos.

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Palabras clave : Chile, Elecciones

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