El primer ministro británico, David Cameron, acompañado por una importante delegación empresarial de 100 miembros, inició este lunes una visita de alto nivel a China.
La retrasada visita es una oportunidad que no se puede desaprovechar para regresar las relaciones China-Reino Unido al camino correcto.
Los vínculos entre Beijing y Londres se enfriaron después que Cameron persistiera en reunirse con el Dalai Lama en mayo de 2012, una clara interferencia en los asuntos internos de China.
Para el desarrollo fluido de las relaciones bilaterales, un lección que vale la pena aprender de ese triste capítulo es que los dos países deben respetar mutuamente los intereses fundamentales y tratar sus diferencias de una manera apropiada y aceptable.
Es necesario destacar que no existen conflictos de intereses fundamentales entre China y Reino Unido, aunque no resultan inusuales los puntos de vista diferentes respecto a ciertos temas debido a sus divergencias en los sistemas cultural y social.
Cuando aparecen las diferencias, la comunicación es mejor que la confrontación.
Una sólida relación política es la base para los lazos económicos siempre crecientes entre China y Reino Unido. Al mirar más allá de las diferencias, los dos países pueden apreciar un panorama más amplio.
Con Beijing implementando un ambicioso plan de reforma para transformar la segunda mayor economía del mundo y Londres explorando vías para salir de sus problemas económicos, resulta un buen momento para que ambos mejoren la cooperación pragmática en busca de beneficios recíprocos.
Existe un gran potencial para la cooperación económica entre los dos países, especialmente en los terrenos de los servicios financieros, la energía nuclear y la aviación.
Como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, China y Reino Unido han desempeñado un papel importante en los asuntos internacionales y pueden contribuir más a la paz y la estabilidad globales mediante la ampliación de su coordinación.
El viaje a China de Cameron tiene lugar después de la reciente visita realizada por el primer ministro chino, Li Keqiang, a Rumanía, donde también asistió a una cumbre con un grupo de líderes de los países de Europa Central y Oriental.
Esta fue la segunda gira de Li al continente europeo tras asumir el puesto en marzo pasado. En mayo, Alemania y Suiza se incluyeron en su primer viaje al exterior como primer ministro, lo cual demuestra la importancia que Beijing concede a sus lazos con Europa.
Como importante miembro de la Unión Europea (UE), Reino Unido puede desempeñar un papel significativo en la promoción de los vínculos entre China y el bloque de 28 naciones.
La presente visita permitirá que tenga lugar el primer encuentro entre Cameron y la nueva dirección de China. Comparado con las frecuentes visitas entre Beijing y el continente europeo, Reino Unido marcha rezagado.
Cameron podría andar algo retrasado, pero de seguro aún está a tiempo.