El gobierno de Haití inauguró hoy una unidad de lucha contra el maltrato a las mujeres, en un país en el que poco más de un cuarto de la población femenina ha sido víctima de violencia sexual alguna vez en su vida.

Al conmemorarse este lunes el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, el presidente haitiano Michel Martelly destacó los logros obtenidos por diferentes organizaciones que luchan por los derechos de género, e invitó a los organismos correspondientes, a reforzar el sistema de protección de las mujeres.

"Exhorto a todos los haitianos a unirse para erradicar la violencia contra las mujeres y también invito al Estado para combatir este flagelo. Declaro tolerancia cero contra todas las formas de violencia contra las mujeres", dijo el mandatario.

Martelly inauguró la unidad acompañado por la primera dama, Sophia Saint-Rémy; la ministra de la Condición Femenina y de los Derechos de la Mujer, Yanick Mezile; diplomáticos y representantes de organizaciones que trabajan en el ámbito de género.

La fecha encuentra a Haití con un 27,2% de haitianas que dicen haber sufrido violencia sexual por parte de un compañero íntimo o por algún agresor alguna vez en su vida, inclusive casadas o en unión libre, según un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) dado a conocer este año.

Además, las mujeres y niñas que viven en los campamentos para damnificados del terremoto del 2010 siguen siendo el componente más vulnerable a las agresiones sexuales, donde ocurre el mayor número de casos de violencia sexual y de género según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

En un informe difundido a principios de este mes, la OIM señaló que, por lo general, los incidentes no se reportan a la policía debido a la falta de acceso a la justicia por parte de las víctimas; las amenazas y la intimidación por los perpetradores; y el clima subyacente de aceptación social de la violencia contra las mujeres.

La entidad agregó que otro grupo muy vulnerable lo constituyen las mujeres solteras jefas de familia, quienes con frecuencia se ven obligadas a recurrir al "sexo transaccional", realizando favores sexuales a cambio de recursos esenciales.

Fanette Blanc, directora del Programa de Protección de la OIM en Haití, dijo que desde principios de este año se han reportado 325 casos de violencia sexual y de género, incidencia que "muestra que las condiciones extremas en que viven los desplazados los exponen a una mayor vulnerabilidad y falta de seguridad física".

"La realidad de la violencia en todos sus aspectos que muchas están experimentando en casa, en los campos de desplazados, en los mercados de la frontera y el trabajo, muestra que debemos unirnos para erradicar la violencia en cualquiera que sea la forma en que aparezca", dijo por su lado Sanièce Petit-Phat, animadora del Grupo de Apoyo a Repatriados y Refugiados (GARR).

Petit-Phat participó recientemente en un encuentro con representantes de diversas organizaciones feministas en el que se analizaron los avances y se plantearon nuevos mecanismos para luchar contra la violencia de género en el país.

En el encuentro, Marie Nesnide Marc, delegada de la Red de Organizaciones de Mujeres en Acción por Otro Haití, pidió establecer patrullas fijas en los campos de acogida que administran, para proteger a las mujeres que son a menudo víctimas de la violencia sexual.

"A pesar de las convenciones sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, de las que Haití es signatario, las mujeres y las niñas siguen cayendo presas de la violencia debido a la no aplicación de estos instrumentos legales", agregó.

Haití se encuentra en pleno proceso de reconstrucción cuando este año conmemoró el tercer aniversario del poderoso sismo de 7,3 grados en la escala de Richter que sacudió Puerto Príncipe y que dejó oficialmente 222.570 muertos y daños materiales por 7.900 millones de dólares.

El terremoto dejó además un millón trescientos mil personas sin hogar, según cifras del gobierno, de los cuales 172.000 viven en uno de los 306 campamentos para desplazados que aún existen en el país.