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spanish.china.org.cn | 04. 11. 2013 | Editor: | [A A A] |
Presionado por los constructores, el español Manuel Santos Parga, dueño de la cantera, se presentó en el lugar y obligó a ampliar la oquedad hasta que pudo bajar por una larga cuerda y acceder a una gigantesca gruta cuya formación ha sido estimada por espeleólogos en unos 25.000 años.
El avispado y emprendedor Santos Parga de inmediato captó el potencial turístico del hallazgo y acondicionó el lugar después de sacar varias toneladas de piedras. Colocó escaleras de mamposterías con pasamanos, aún en uso, y tan pronto pudo instaló luz eléctrica.
Así, el 22 de noviembre de 1862 se abrió la espelunca a los visitantes, quienes guiados por Santos Parga o por uno de sus empleados, visitaban, previo pago, los pasadizos subterráneos.
Aquel naciente negocio turístico atrajo a más de 2.000 personas y constituyó también un punto de atracción científica para explorar sus formaciones que en algunos casos están a 50 metros bajo el nivel del mar.
En esos tiempos se conocía como La Cueva de Parga aunque poco después se le cambió el nombre por el actual debido a la cercanía a la playa de Bellamar, al oeste de la ciudad de Matanzas y en la costa de la bahía, donde en aquel tiempo edificaban algunas casas de veraneo.