Las preocupaciones de algunos observadores sobre un "aterrizaje forzoso" de la economía china se han aliviado, con el Producto Interno Bruto (PIB) en el tercer trimestre mostrando signos de desarrollo sólido y sostenible, aunque el escepticismo sobre las reformas de China se mantiene.
El PIB de China aumentó un 7,8 por ciento en el tercer trimestre en comparación con el año anterior, bien por encima del objetivo anual del 7,5 por ciento, dijo el Buró Nacional de Estadísticas.
El resultado del tercer trimestre está conforme con las expectativas del mercado y mantiene al país en la pista de cumplir su objetivo de crecimiento anual del 7,5 por ciento, aunque el crecimiento pueda bajar en el trimestre final.
Sin embargo, algunos observadores se siguen mostrando escépticos a las reformas de China, con la zona de libre comercio piloto de Shanghai todavía imponiendo muchas restricciones sobre los inversores.
"Las amplias restricciones reflejan las maniobras entre las agencias chinas sobre la extensión y el calendario de apertura de los sectores cerrados a la competición extranjera", dijo Wall Street Journal.
La zona de libre comercio piloto de Shanghai trató de relajar las restricciones sobre las regulaciones financieras y de servicios, que podrían ser rechazadas por algunas agencias gubernamentales y grandes empresas estatales, dijo el periódico japonés Asahi Shimbun.
De hecho, este escepticismo no tiene fundamento. La zona de libre comercio de Shanghai ha puesto en marcha una serie de reformas, que incluyen la puesta a prueba de un yuan convertible y una apertura más amplia de 18 sectores de servicios.
Se espera que estas medidas desaten el potencial económico en la zona en los próximos dos o tres años.
El economista Zhu Haibin de J.P. Morgan China recomendó ver el panorama global, diciendo que las reformas en la zona de libre comercio no sólo se relacionan con el sector financiero.
"La reforma en la zona de libre comercio cubre múltiples áreas de comercio, inversión, financiación y gestión administrativa, centrándose en el núcleo de la redefinición de la relación entre el gobierno y el mercado", destacó Zhu.
China se ha comprometido a acelerar la transformación económica, a poner en pleno juego los instrumentos fiscales, de finanzas y de precios, y de otras políticas, y a perseguir las reformas del sistema presupuestario con miras a convertirlo en uno más abierto, transparente, estandarizado e inclusivo.
El premier chino, Li Keqiang, dijo el lunes que la reforma intensificada gradualmente cosechará más dividendos económicos y que la economía china tendrá una buena base para un desarrollo sostenible y saludable.
El gobierno chino se ha comprometido a profundizar las reformas concernientes a las cuestiones sujetas a revisión y aprobación del gobierno, con el propósito de ofrecer servicios públicos de calidad y asegurar la justicia social.
Menores impuestos para empresas pequeñas, y un mayor apoyo financiero para los gobiernos locales son dos de las cartas que tiene el liderazgo chino cuando reflexiona sobre cómo reformar el sistema fiscal.
La reforma fiscal es crucial para el ajuste económico de China. La excesiva dependencia en la venta de tierras para los ingresos fiscales, y el mal control del mercado inmobiliario se hallan en el centro de los cambios programados para el sistema tributario.
Las acciones concretas de impulsar las reformas administrativas, financieras y tributarias ponen en evidencia la determinación china de conseguir un desarrollo económico sostenible y saludable.
"En el proceso de reformas, lo importante es tomar acciones", subrayó el premier chino, quien agregó que "las palabras no son tan buenas como las acciones".