En este sentido, el gobernador de la Fed, Jerome H. Powell, incidió en que el nuevo diseño incorpora medidas de seguridad "que hacen más fácil verificar su autenticidad, pero más complicado falsificarlos".

"A medida que los nuevos billetes se usen en las operaciones diarias, las características de seguridad favorables al usuario permitirán al público verificar más fácilmente su autenticidad", remarcó.

La institución presidida por Ben Bernanke explica que la "distancia, la demanda y las políticas individuales de las entidades financieras" influirán en la rapidez con la que estos nuevos billetes lleguen a las empresas y los consumidores de todo el mundo.

Asimismo, explica que no es necesario cambiar los antiguos billetes de 100 dólares por los nuevos que entran en circulación este martes, ya que la política del Gobierno estadounidense es que todos los diseños sigan siendo de curso legal independientemente de cuando fueron emitidos.

El billete de 100 dólares con este nuevo diseño fue presentado por la Fed en 2010, pero su introducción se ha pospuesto alrededor de tres años debido a "inesperados retrasos en su producción".