Mientras China y Rusia iniciaban este viernes su primer ejercicio naval en el Mar de Japón, el nerviosismo se apoderaba de Estados Unidos y Japón, al punto que enviaron aviones y buques de vigilancia para seguir de cerca el desarrollo de las maniobras.
Las maniobras de una semana de duración constituyen un ejercicio naval rutinario. Ambas partes anunciaron que no están dirigidas a una tercera parte.
Es verdad que se trata de la primera vez que China envía una flota naval a las aguas marítimas de Rusia para participar en una maniobra, pero como bien ha dicho la parte china: esto no significa para nada un cambio en la política de defensa de China. Por ello, EEUU, Japón y otros países occidentales no deben inquietarse.
Según Yang Junfei, comandante de la flota china que participa en las maniobras, los ejercicios tienen tres objetivos, tales como consolidar la asociación estratégica integral China-Rusia y elevar el nivel de la coordinación estratégica de ambos países, así como fortalecer la confianza estratégica entre las fuerzas armadas de las dos naciones y profundizar su cooperación práctica.
Por último, realizar ejercicios prácticos sobre la coordinación del mando en acciones militares conjuntas por parte de navíos chinos y rusos para mejorar sus capacidades para enfrentar conjuntamente los desafíos y las amenazas para la seguridad marítima.
También es cierto que las maniobras se realizan en un momento de tensión en la zona por la disputa de una isla entre China y Japón, y en el que China acaba de poner en servicio su primer portaaviones.
Sin embargo, en comparación con los navíos de EEUU y Japón, la fuerza naval de China está aún muy rezagada.
En cuanto a la disputa de las Islas Diaoyu, la decisión unilateral de Japón de "comprar" las islas fue lo que llevó a las relaciones entre los dos países a su nivel más bajo en décadas.
Incluso, el gobierno japonés todavía intenta negar la historia de agresión de esa nación y hasta intenta desafiar el orden mundial de la posguerra.
Lo que es aún más perjudicial para la ya peligrosa situación que se vive en Asia Oriental es que Estados Unidos haya emprendido repetidos ejercicios militares con Japón, Filipinas y otros países de la región.
En uno de los casos, EEUU y Japón protagonizaron a principios de año un ejercicio conjunto para recuperar una isla, cuando las tensiones por las Islas Diaoyu estaban en su máximo nivel.
Con ello, Washington enviaba la señal errónea a sus aliados en la región de que no importa cuán provocadores puedan ser, el 'Tío Sam' siempre estará de su lado.
En lugar de sentir nerviosismo por las maniobras militares China-Rusia, EEUU y su aliados en la región deberían revisar seriamente sus respectivas políticas.