Sindicatos griegos iniciaron hoy una nueva ronda de protestas contra la austeridad, un día después de que el reorganizado gobierno de coalición de dos partidos prestó juramento.

Trabajadores portuarios dejaron sus empleos en todo el país durante siete horas y se manifestaron en contra de los planes para privatizar los puertos. Choferes de trolebuses realizaron un paro similar de cinco horas para realizar asambleas generales encaminadas a decidir futuras acciones industriales contra el programa de austeridad y reforma puesto en práctica para enfrentar la crisis de deuda.

El sindicato de empleados de la oficina fiscal convocó a una huelga de 48 horas para el jueves y el viernes para protestar por las planeadas fusiones de las oficinas fiscales en el marco de los esfuerzos por reducir el gasto del sector público.

"Están vendiendo todos los puertos lucrativos. No lo permitiremos", gritaron hoy los estibadores de El Pireo durante una manifestación organizada por la Federación de Empleados Portuarios (Omyle).

En un boletín de prensa, Omyle afirmó que la privatización de los puertos "no apoyará el empleo y el crecimiento como lo afirman funcionarios griegos" y pidieron continuar con el control estatal de las instalaciones.

Las protestas de hoy se realizaron antes de la visita de hoy más tarde al puerto del primer ministro Antonis Samaras para inaugurar un nuevo muelle en las instalaciones de la Terminal de Contenedores de El Pireo administradas por una subsidiaria de la firma naviera china Cosco Pacific Limited desde 2009.

Durante el primer encuentro del gabinete reorganizado realizado el martes, Samaras reiteró la determinación de su gobierno de proseguir con las políticas necesarias para reducir los déficits e impulsar el desarrollo con el fin de superar la crisis, incluyendo las reformas estructurales y las privatizaciones.

La reorganización del gabinete se produce después de la retirada del Partido Izquierda Democrática de la coalición de gobierno la semana pasada por causa del cierre de la radiodifusora estatal el 11 de junio en el contexto de un plan más amplio para reestructurar la administración pública en Grecia.

Con el fin de evitar un incumplimiento de pagos caótico, desde el 2010 Grecia ha dependido del financiamiento de rescate internacional otorgado a cambio de medidas de reforma que han alimentado el desempleo, la recesión y las protestas.

Funcionarios griegos y acreedores internacionales afirman que este doloroso programa es la única manera creíble de abordar la crisis y afirman que ya está dando frutos y que Grecia reanudará el crecimiento el próximo año. Fi