Los 25 condenados por el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil en el juicio del esquema de compra de votos en el Congreso conocido como "Mensalao" presentaron recursos ante la Corte, según balance divulgado por el órgano judicial antes del cierre del plazo, marcado para la medianoche de este jueves.

La mayoría de los condenados presentó un pedido de revisión de la pena y reducción de las multas establecidas, informó este jueves el STF.

Los recursos fueron presentados en los últimos diez días, tras la publicación completa de las decisiones al final de los cuatro meses de juicio al Mensalao, entre agosto y noviembre del año pasado.

Abogados de algunos de los reos pidieron la salida del ministro Joaquim Barbosa, actual presidente del STF, de su papel de relator del caso, alegando que ambas funciones son incompatibles.

Especialistas señalaron, sin embargo, que el reglamento interno del tribunal ya contempla esa situación, autorizando la doble función.

El STF concluyó que hubo un esquema articulado utilizando recursos públicos y privados para pago a parlamentarios a cambio de la aprobación en el Congreso de proyectos de interés del gobierno del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) en sus primeros años de mandato.

Fueron considerados culpables 25 de un total de 38 acusados por su participación en el escándalo, incluyendo el exjefe de gabinete de Lula da Silva, José Dirceu, condenado a 10 años y 10 meses de cárcel, quien deberá purgar su pena en régimen cerrado.

El ex presidente del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), José Genoino, fue condenado a seis años y 11 meses de reclusión, además de otros dirigentes políticos, banqueros y empresarios.

Mientras haya recursos pendientes, los reos no tendrán que pagar multas ni serán presos, y sólo después de que todos los pedidos sean apreciados serán expedidas las cartas de sentencia para el comienzo de la ejecución de las penas.

Para los especialistas, el juicio es uno de los más relevantes en los 183 años de historia de la Suprema Corte y los dictámenes marcarán el futuro de la democracia brasileña. Fi