Haití recordó hoy con reverencia a las miles de víctimas del terremoto del 2010 del que aún no se repone por completo, pese a los avances mencionados por el presidente Michel Martelly que este sábado pidió paciencia a los sobrevivientes de la tragedia.

Martelly también pidió a la comunidad internacional una nueva forma de cooperación que permita obtener mejores resultados, cuando tres años después más de un tercio de la población que perdió sus hogares sigue viviendo en carpas de campaña, y queda por recoger el 20 por ciento de los escombros.

"A pesar de todo el sufrimiento Haití se levantará de nuevo", dijo el mandatario.

Una inmensa bandera haitiana ondeaba a media asta en la explanada de lo que alguna vez fue el Palacio Nacional, lugar donde Martelly y un pequeño grupo de personas, diplomáticos y funcionarios, participaron en una ceremonia.

Al lado derecho del estrado, como un testigo silencioso de aquellos días, montones de fierros retorcidos todavía esperan ser retirados.

El 12 de enero del 2010, un poderoso sismo de 7,3 grados en la escala de Richter causó oficialmente 222.570 muertos (300.000 según organismos internacionales) y daños materiales por 7.900 millones de dólares.

Además, el fenómeno dejó a 1,3 millones de personas sin hogar y hundió una economía que había mostrado signos de recuperación en el 2009.

"A los que fueron arrojados a las calles, a los 360.000 haitianos que se encuentran todavía en tiendas de campaña, yo les pido paciencia en nombre del Estado", dijo Martelly en la ceremonia que duró poco más de media hora.

Martelly también se comprometió a continuar el proceso de reconstrucción"dentro del orden y el respeto a las normas", y advirtió que el Ministerio de Obras Públicas ha establecido un código nacional de construcción para hacer cumplir su disposición en todo tipo de edificaciones.

Luego de su discurso, el mandatario colocó una ofrenda floral en un pequeño monumento levantado a la memoria de los dieciséis empleados del Palacio Nacional que fallecieron aquel día.

Martelly se trasladó después a la localidad de Titanyen, 20 kilómetros al noroeste de la capital haitiana, donde se encuentra la fosa común más grande cavada días después del terremoto, y sobre la que las autoridades construyeron un monumento para recordar a las miles de personas que fueron enterradas en este lugar.

En Titanyen, el gobernante recibió al ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, quien junto al primer ministro haitiano Laurent Lamothe,colocaron otra ofrenda floral para recordar a las víctimas de la tragedia.

En Puerto Príncipe, mientras tanto, miles de personas participaron desde temprano en ceremonias religiosas y en actos públicos por toda la ciudad, una de las más afectadas el 12 de enero del 2010, igual que otras localidades del sur y del suroeste de Haití.

Más temprano, el gobierno dio a conocer un comunicado en el que anuncia la puesta en marcha de un plan de reforestación y gestión territorial "con el fin de aumentar el manto vegetal y gestionar de manera integrada los recursos naturales, para reducir la vulnerabilidad medioambiental y proteger la vida y los bienes de las comunidades".

El comunicado agregó que las autoridades esperan crear bosques para aumentar en un 27 por ciento la cobertura forestal en los próximos siete años, asícomo reducir la erosión por escorrentía y lograr una capacidad de producción de 50 millones de plantas.

Según el gobierno, más de 6.000 personas murieron, un millón quedódamnificada, 250.000 viviendas fueron destruidas debido a desastres naturales (sin tomar en cuenta el sismo del 2010) en los últimos diez años,período durante el cual el país registró pérdidas cercanas a los 216 millones de dólares en la agricultura y la infraestructura local.