Una Corte Federal de Apelaciones de Estados Unidos decidió darle a Argentina espacio de maniobra al suspender indefinidamente un fallo de otro tribunal que amenazaba con colocar al país sudamericano en camino de la insolvencia.
La Corte Federal del Segundo Circuito de Apelaciones, sin embargo, reiteró la decisión emitida por el juez Thomas Griesa, quien le ordenara al gobierno argentino que colocara sus pagos en una cuenta concentradora que permita generar un interés aun cuando Buenos Aires presentara una apelación al fallo.
La orden de la Corte de Apelación, de una sola página, fijó para el 27 de febrero una nueva fecha para que las partes presenten sus argumentos en torno al caso.
Gracias a esta suspensión, Argentina evitó pagar 1.300 millones de dólares para el 15 de diciembre, fecha que tiene previsto el pago al 93 por ciento de sus acreedores que se acogieron a un plan de reestructuración de deuda con quita de intereses.
La decisión de la Corte de Apelaciones se dio luego que Buenos Aires perdiera un litigio ante una Corte Federal de Estados Unidos, ante la empresa NML Capital Ltd, un fondo de inversión que se especializa en presentar demandas para el cobro de deudas soberanas en insolvencia (default).
La presidenta argentina Cristina Fernández había calificado el fallo de Griesa de "colonialismo judicial", y se había negado a pagar un centavo a lo que denomina como "fondos buitres", es decir, las empresas y fondos acreedores de sus bonos soberanos que cayeron en insolvencia en 2001 y se han negado a participar en la renegociación.
La presidenta argentina consideró que si la decisión de Griesa prevalecía, le daría a los acreedores enormes ventajas sobre los países que necesitan reestructurar sus deudas y crecer para poder emerger de crisis económicas y pagar con sus propios recursos sus adeudos, sin tener que acudir a los mercados financieros. Fi