(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – La crisis actual por la que atraviesa la Unión Europea (UE) “es una crisis política y no de la moneda”, pero podría tener “el efecto paradójico” de impulsar la unidad europea como quería el ex canciller alemán Helmut Kohl, aseguró en Berlín Gerhard Schröder, quien le sucedió en el cargo.
Schröder ofreció su reflexión en una mesa redonda organizada por el Instituto Berggruen, a la que asistieron también otros ex presidentes o ex jefes de Estado de la región, como el británico Tony Blair, el griego Yorgos Papandreu y el español Felipe González, quien señaló que “lo que en verdad ha cambiado es el margen de maniobra” de los Gobiernos ante “el sistema financiero mundial”.
Previo al encuentro, Blair llamó a resolver la crisis económica para plantear los objetivos de integración política y fiscal antes de consultar a los ciudadanos si aceptarían el nuevo escenario político. Alertó del peligro de que Reino Unido se descuelgue del proceso. Los euroescépticos, dijo, “están en lado equivocado de la historia”, reseñó El País.
El ex primer ministro abogó porque los ciudadanos “vean que se deciden soluciones y que se hace en común”. La crisis del euro, advirtió, “ha revelado la necesidad de reformas, pero no las ha provocado”. En ese sentido, criticó a quienes presentan las reformas drásticas como una consecuencia de Europa y de su crisis “en lugar de decir la verdad: que son reformas que habría que hacer de todas maneras” como consecuencia de la globalización y del envejecimiento de la población europea.
Ante las dudas planteadas por algunos directivos de medios de comunicación también presentes en el debate de que los 27 puedan concretar la unión política de la UE, Schröder replicó que eso no significaría conservar el estado actual de unidad, sino retroceder, “porque es obvio que el estado actual de integración no basta para mantener una moneda común”.
En tanto, González admitió que “se puede avanzar sin cambiar los tratados”, pero añadió que los acuerdos europeos “interesantes” no se terminan de aplicar. Recordó con sarcasmo las negociaciones “urgentísimas e históricas del mes de junio”, cuando se pusieron las vías para una unión bancaria que, sin embargo, no llegará antes de 2014. Los Consejos europeos, lamentó, “llegan con poco y tarde”.
El periodista Andreas Kluth, del diario británico The Economist, planteó diferencias entre los socios del euro citando un libro del famoso economista euroescéptico alemán Hans-Werner Sinn. Para atajar las diferencias de competitividad, dice, “habría que rebajar los salarios y los precios en Grecia un 30%, lo mismo que en España, así como un 20% en Francia y un 10% en Italia”. O permitir que suban en porcentajes similares en Alemania, Finlandia y Austria.