Después de reunirse en París con los jefes de importantes organizaciones económicas internacionales, el presidente de Francia, Francois Hollande, dijo hoy que la competitividad es un requisito del crecimiento económico, pero que debe ser movilizada por medio de reformas y cambios.

Hollande atribuyó la cada vez más deteriorada competitividad del país a la "falta de decisión política" y agregó que las decisiones serán "tomadas en noviembre en todos los ámbitos de la competitividad".

"La competividiad requiere reformas y cambios transparentes y comprensibles para todos", dijo el presidente durante una conferencia de prensa en la sede de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde).

El jefe de Estado francés conversó con el presidente del Banco Mundial Jim Yong Kim, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional Christine Lagarde, el director general de la Organización Mundial de Comercio Pascal Lamy, el director general de la Organización Internacional del Trabajo Guy Ryder y con el secretario general de la Ocde José Angel Gurría. Las conversaciones se centraron en la discusión de medidas para incrementar el crecimiento, el empleo y la competitividad.

El presidente francés identificó tres retos a los que Francia se enfrenta: la deuda "que será intolerable en el largo plazo", una situación económica preocupante marcada de manera particular por un creciente desempleo y la manera de estimular la competitividad francesa.

El político socialista reiteró el compromiso de su gobierno con la atención a estos retos. "También tenemos que restablecer nuestras finanzas públicas y ubicarlas sobre una base saludable. Esta es la tarea más urgente que tenemos que enfrentar", afirmó Hollande.

El presidente admitió que "debido al elevado desempleo, nuestra capacidad productiva no puede ser por completo eficiente".

Sin embargo indicó que se introducirá un plan quinquenal para impulsar la economía y lograr el crecimiento y señaló que propondrá un "pacto de competitividad" para ayudar a sectores como la vivienda, la educación, la innovación y los costos laborales.

La presión sobre el gobierno francés ha ido en aumento en los últimos días pues cerca de 100 líderes empresariales pidieron reducir la contribución del patrón a los cargos de bienestar social por 30.000 millones de euros (38.700 millones de dólares) con el fin de reducir los costos laborales considerados como el mayor obstáculo para la competitividad de las empresas.

La reunión, la primera de su tipo para Hollande con los jefes de las cinco principales organizaciones económicas, se produce mientras Francia batalla con una vacilante economía y un desempleo récord.

Hollande dijo que espera poder realizar la reunión cada año.

Se informó que los cinco jefes de las organizaciones internacionales viajarán el martes a Alemania para su conversación anual con la canciller alemana Angela Merkel. Fin