(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – El depuesto presidente paraguayo, Fernando Lugo (2008-2012), inscribirá su candidatura en las listas del partido Frente Guasú con vistas a las elecciones generales del 21 de abril próximo, aunque no aclaró si intentará recuperar el cargo del que fue separado en un juicio exprés el 22 de junio pasado y reemplazado por el hasta entonces vicepresidente Federico Franco.
“Voy a ser candidato” aseguró Lugo a los medios paraguayos, sin definir si su aspiración se limitaría a conseguir un puesto en el Congreso o iría nuevamente por la Presidencia.
Si bien aclaró que no violará la Constitución vigente en el país, que prohíbe la reelección consecutiva del jefe del Estado, lo cierto es que el hecho de que haya sido destituido hace casi cuatro meses y desde entonces sea Franco quien esté al frente del país le permite aspirar nuevamente al puesto del que fue despojado.
Lugo se refirió también a la decisión de su ex compañero de partido político Mario Ferreiro de presentar su candidatura presidencial, desafiando con ello el liderazgo del ex mandatario en el Frente Guasú.
“El conflicto en el Frente Guasú se generó porque los 'golpistas' fallaron”, señaló en una clara acusación contra Ferreiro por su supuesta alianza con el oficialismo para impedir el regreso de Lugo a la Presidencia.
Contra Ferreiro arremetió también la diputada Aída Robles, quien a través de un comunicado a nombre del Frente calificó la presentación de su candidatura como un doble golpe, contra Lugo y contra el partido.
Ferreiro se defendió afirmando que “no hay alianzas con los ‘golpistas’”. “Lo que sí hay es una alianza con los miles de ciudadanos, de movimientos sociales y de partidos políticos democráticos de este país”.
El pasado 22 de junio, el Congreso decidió destituir a Lugo como presidente paraguayo después de celebrar un juicio político en su contra por mal desempeño de sus funciones, que tuvo como detonante la muerte de 17 personas en los enfrentamientos entre campesinos y policías en la localidad de Curuguaty, recordó Europa Press.
Desde entonces, el ex presidente ha sostenido que el juicio político fue un golpe de Estado exprés, porque no se le concedió el tiempo necesario para preparar su defensa, mientras que el actual Gobierno mantiene que se respetó el procedimiento constitucional.