RIO DE JANEIRO, 5 sep (Xinhua) -- La organización funcional de las comunidades de escarabajos que viven en bosques próximos a áreas cultivadas con maíz transgénico es diferente de la de las que habitan en bosques vecinos a plantaciones de maíz convencional, según un estudio brasileño.

El maíz transgénico puede alterar no sólo la organización funcional de las comunidades de escarabajos sino también la propia regeneración de los bosques, según el estudio citado hoy por Ciencia Hoje, el portal de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia.

El estudio fue realizado en áreas del Bosque Atlántico próximas a cultivos de maíz transgénico y convencional en Santa Catarina, estado en el sur de Brasil y fronterizo con Argentina.

Los investigadores de la Universidad Federal de Santa Catarina analizaron en particular una especie de escarabajo de la familia de los Scarabaeinae, que es considerado un importante indicador biológico por ser muy sensible a las modificaciones de su hábitat.

Por alimentarse de materia orgánica, principalmente heces y cadáveres de animales, los escarabeínos participan directamente del proceso de renovación de nutrientes, es decir que permiten el regreso al suelo de elementos químicos presentes en materias en descomposición.

La especie se divide en tres grupos según la función que el animal desempeña en la comunidad: rodadores (mueven la materia orgánica en la superficie), cavadores (cavan túneles y transportan el alimento hacia el suelo) y residentes (depositan huevos en la materia orgánica).

La bióloga Renata Calixto Campos, investigadora de la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC) y responsable del estudio, descubrió que en las comunidades próximas a plantaciones de maíz transgénico predominan los escarabajos residentes.

En las comunidades próximas a cultivos convencionales, en cambio, predominan los cavadores.

Según la investigadora, la menor proporción de los cavadores tiene como resultado una menor remoción de las heces de los animales, de la dispersión de las semillas, del regreso de los nutrientes al suelo y, consecuentemente, de la regeneración de los bosques.

"La abundancia de los escarabajos residentes puede reducir el ritmo de renovación de los nutrientes en el bosque", concluyó la bióloga.

Para su estudio, la investigadora utilizó carnadas con carne de cerdo en descomposición y heces humanas para atraer a los escarabajos y consiguió recoger un total de 1.500 ejemplares en diferentes áreas, tanto próximas a cultivos transgénicos como vecinas de los cultivos convencionales.

La investigadora admite no tener aún una explicación para esa diferencia, pero se propone investigar si la alimentación con maíz transgénico puede alterar la composición de las heces de los mamíferos y si ello tiene alguna relación con la organización funcional de las comunidades de escarabajos.

"El uso de plantas genéticamente modificadas puede ser una alternativa para el control de plagas, pero el efecto de los transgénicos en los organismos a lo largo de la cadena alimenticia aún es poco conocido", asegura la bióloga.

El cultivo de maíz transgénico fue autorizado por el gobierno brasileño en 2008 y los productores calculan que las plantaciones transgénicas del grano pueden llegar actualmente a 9,1 millones de hectáreas, lo que equivale al 65 por ciento del total de los cultivos. Fin