(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – La soberanía siria es una “línea roja” y el Gobierno de Bashar Al Asad “cortará las manos a quienquiera” que intente violarla o agreda el país, afirmó este lunes el ministro sirio de Información, Omran Al Zoubi, en una rueda de prensa celebrada en Damasco.
Al Zoubi, que en términos generales calificó como buena y bajo control la situación de Siria, advirtió que una intervención desde el exterior implicará “un alto precio” para quien la lleve a cabo y aseguró que el Ejército sirio está comprometido con la restauración de la paz y la seguridad en todo el territorio nacional.
Esto “no es negociable”, precisó y añadió que no habrá diálogo con la presencia de armas en manos de “terroristas”, pues la principal condición para sentarse a la mesa de negociaciones con la oposición es la existencia de seguridad y estabilidad.
El ministro instó también a los adversarios de Al Asad, a hacer una valoración nacional y unirse al diálogo nacional. “Aceptaremos lo que digan las urnas y le decimos a todos que bajen sus armas y nos permitan iniciar un diálogo nacional y recurrir al proceso electoral”.
Siria, recordó, ha aceptado todas las iniciativas que han llegado de la cumbre del Movimiento de Países No Alineados que se celebró recientemente en Teherán. “La solución del conflicto sirio será una solución siria, y sus herramientas también serán sirias”, señaló.
Mientras tanto, fuentes confiables confirmaron a Xinhua la llegada este lunes a Damasco del jefe del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, para conversar con altos funcionarios sirios, incluido el presidente Al Assad, sobre asuntos humanitarios.
Maurer, que permanecerá tres días en el país árabe, se reunirá el martes con el presidente y, por separado, con el canciller, Walid Al Moallem, y el ministro de Salud, Salam Al Nayef, entre otros funcionarios de alto nivel.
Así mismo, sostendrá encuentros con el ministro de Reconciliación Nacional, Ali Haidar, y con el jefe de la Media Luna Roja Árabe Siria (MLRAS), Abdul-Rahman Al Attar.
Las conversaciones se centrarán sobre todo en el rápido deterioro de la situación humanitaria y las dificultades a las que enfrentan el CICR y la MLRAS al intentar llegar a las personas afectadas por el conflicto armado, indicó el CICR.
La espiral de violencia en algunas ciudades sirias ha obligado a cientos de miles de personas a huir de sus hogares hacia zonas más seguras, sobre todo Damasco, mientras que otros han huido hacia países vecinos.
En una reciente declaración emitida por Naciones Unidas se indicó que 2,5 millones de personas han sido afectadas por la crisis y necesitan ayuda. Las nuevas cifras indican que hay más de un millón de desplazados internos y que más de 200.000 personas han cruzado a Líbano, Jordania, Turquía e Irak.
La mayoría de los desplazados sirios se encuentran con familiares en Damasco o han buscado refugio en escuelas y parques públicos.
A pesar de las difíciles condiciones de trabajo, el CICR y la MLRAS han proporcionado alimentos esenciales a cerca de 180.000 personas en Damasco, Aleppo, Homs y otros sitios del país desde mediados de julio.
Desde principios de este año, las dos organizaciones han distribuido ayudas a más de 800.000 personas, la mayoría desplazadas, y se han asegurado de que más de un millón de personas tengan suficiente agua potable.
Al conflicto sirio volvió a referirse el lunes el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, quien señaló que su país y Estados Unidos comparten metas sobre la resolución de la crisis siria, pero presentan discrepancias sobre el futuro del presidente Al Assad.
Días antes de participar en el foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC, siglas en inglés) en Vladivostok, en el extremo oriente de Rusia, Lavrov declaró a la prensa local que Moscú y Washington “no se contradicen mutuamente” en los principios sobre la resolución del conflicto sirio.
Los dos países desean una transición pacífica del poder a través de un diálogo interno, así como “respetar la soberanía, la independencia, la unidad y la integridad territorial de la nación”, señaló el canciller según RIA Novosti.
Sin embargo, las dos partes mantienen diferentes opiniones sobre la salida del presidente Al Assad, indicó el ministro, que instó a resolver la crisis mediante el diálogo entre los propios sirios y calificó como “contraproducente” la intención de dictar el futuro de Siria desde el exterior.
Lavrov dijo el sábado que el enfoque occidental de abogar por la interferencia externa y la dimisión de Al Assad como requisito de las negociaciones no era realista.
Moscú, abundó, “no respalda a ningún régimen ni a ningún individuo” en la crisis siria. Y aquellos “actores” que estimulan a la oposición en su lucha contra las autoridades sirias no están preocupados por los intereses del pueblo sirio, sino que están guiados por sus propias “consideraciones geopolíticas”.