El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, realizó hoy una visita a las instalaciones de la refinería petrolera Amuay, ubicada en el estado Falcón (noroeste), donde el sábado se registró una explosión y un posterior incendio en un depósito de combustible, que dejó hasta el momento 41 muertos y 84 heridos.
El gobernante venezolano llegó al sitio del siniestro para conocer de primera mano detalles del fatal accidente y para solidarizarse con las familias de las víctimas.
La visita se realiza más de 36 horas luego de iniciado el siniestro, y el presidente se mantiene a una distancia prudencial de un par de tanques de gasolina de la refinería donde persiste un voraz incendio producto de la combustión de miles de litros de hidrocarburo.
En compañía del vicepresidente ejecutivo, Elías Jaua; del ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, y del gerente de la refinería Amuay, Jesús Luongo, el presidente fue informado sobre las secuelas de la potente explosión del sábado y de las labores que se realizan para controlar totalmente la situación.
A su llegada, Chávez dijo sentirse "muy dolido" por el fatal accidente ocurrido en Amuay, una de las tres refinerías que integran el Complejo Refinador Paraguaná, el mayor de su tipo en Venezuela y el segundo a nivel mundial, con capacidad para procesar 940.000 barriles de petróleo crudo al día.
También cuestionó que se aventuren hipótesis sobre las causas del siniestro, para sacar provecho político.
"Sería muy lamentable que se aproveche el dolor de las víctimas, de las familias, para sacar provecho", dijo Chávez en alusión a las repercusiones políticas de la tragedia, en medio de la campaña electoral en la que buscará su reelección en los comicios del próximo 7 de octubre.
La visita fue transmitida en vivo por la estatal Venezolana de Televisión y el presidente puso especial atención en documentarse sobre la veracidad de algunas denuncias aparecidas este domingo en la prensa local acerca de las circunstancias que rodearon la explosión.
De acuerdo con algunos diarios venezolanos, vecinos de la refinería e integrantes del Sindicato de Trabajadores del Petróleo de Falcón alertaron sobre negligencia del personal de Petróleos de Venezuela (PDVSA), respecto de que no atendió a tiempo las alarmas por un fuerte olor a gas en la zona horas antes del estallido.
El gerente de la refinería Amuay, Jesús Luongo, garantizó a Chávez que cualquier alarma de ese tipo hubiera sido atendida de inmediato por el personal de la refinería, que cuenta con decenas de técnicos con años de experiencia.
Luongo descartó además, por las condiciones de viento antes del estallido, que una estela de gas hubiera podido ser percibida por los vecinos.
Tras recibir estas aclaraciones, el presidente Chávez encabezó una delegación para acercarse lo más posible al sitio de la explosión y verificar personalmente los destrozos causados por la onda expansiva.
"No han podido llegar al sitio donde fue el foco de la explosión. Yo voy para allá, tengo que llegar lo más cerca posible, aunque me han dicho que no. Uno anda expuesto todos los días, un día más que uno se exponga, además cuando ha muerto un grupo valioso de venezolanos", dijo Chávez sobre las investigaciones del siniestro.
También culpó a "la derecha" de intentar crear una opinión errónea sobre las causas de la explosión.
"La mentalidad de la derecha antihumana, es decir, sin tener ninguna prueba, '(dice) que es falta de mantenimiento, que había un escape de gas desde hace varios días y no se tomó ninguna acción porque el ministro Ramírez es un incompetente'", reprochó Chávez.
Aseguró que en esta ocasión "ahora reaccionamos rápido" para atender la emergencia.
Imágenes transmitidas por la televisión muestran dos grandes hogueras con enormes columnas de humo, producto de la quema de gasolina que genera altas temperaturas y un fuerte rugido en la zona de la refinería.
El sábado alrededor de la 01:15, hora local (0545 GMT), una fuga en un tanque de almacenamiento de Gas Licuado de Petróleo (en principio las versiones locales hablaban de que se trató de un tanque de gasolina) produjo una enorme explosión con una onda expansiva de aproximadamente 3,5 kilómetros.
El estallido provocó también incendios, que según autoridades venezolanas hasta la tarde de este domingo se mantenían en dos depósitos.
La conflagración arrasó, además, 209 casas, 11 comercios aledaños y un destacamento de la Guardia Nacional Bolivariana, en el cual se encontraban 18 de las 41 víctimas fatales del incidente.
La cifra de fallecidos fue actualizada a 41 la tarde de este domingo, luego de que autoridades del Hospital Coromoto, en el estado Zulia (noroeste), adonde fueron llevados los heridos de mayor gravedad, informaron que dos de los atendidos no lograron sobrevivir pese a los cuidados médicos que se les suministró.
El doctor Jesús Valdés, coordinador de Atención Médica del centro de salud, informó que se trata de dos oficiales de la Guardia Nacional Bolivariana, de apenas 23 y 24 años de edad, quienes presentaban quemaduras en más del 90 por ciento de su cuerpo, además de politraumatismos severos. Fi