Los cubanos recuerdan hoy a Benny Moré (1919-1963), uno de los artistas más emblemáticos de la música popular cubana y latinoamericana, en general, al cumplirse el aniversario 93 de su nacimiento.
La ciudad de Cienfuegos, a unos 250 kilómetros al sudeste de La Habana, es la plaza principal del homenaje a Bartolomé Maximiliano Moré, el nombre del artista.
En su natal Santa Isabel de las Lajas, los lugareños y autoridades culturales, acompañados por la Banda Municipal de Conciertos y en nombre de toda Cuba, realizaron este jueves la tradicional peregrinación anual al cementerio donde descansan los restos del "Sonero Mayor".
Frente a la tumba de "El Benny", familiares y amigos recordaron al artista entre anécdotas y la música de las canciones antológicas que hizo famosas en el mundo.
La ocasión fue propicia para anunciar el XIX Festival de Música Popular "Benny Moré", que acogerá esa localidad del 12 al 18 de noviembre próximo, el cual tiene como objetivo fundamental fortalecer el conocimiento de la vida y obra del afamado cantante.
"El Bárbaro del Ritmo" nació el 24 de agosto de 1919 y está considerado por los especialistas como el cantante cubano más notable de todos los tiempos.
Jamás estudió música, ni sabía leer el pentagrama, pero aún se le califica como el más grande intérprete de la isla.
Entró en los grandes escenarios de la mano del legendario sonero Miguel Matamoros, quien luego de escucharlo una vez lo invitó a formar parte de su agrupación.
En su versatilidad compuso y cantó en diversos géneros, como guajiras, guarachas, rumba, cha cha chá, guaguancó, mambo, son montuno y bolero, con mayor destaque en los tres últimos ritmos.
Para México, este cantor de pueblo tiene una significación especial, ya que residió y trabajó en ese país en la década del 40 del siglo pasado y allí comenzó su carrera discográfica como solista.
Cantó, además, junto a figuras de la talla del "rey del mambo", Dámaso Pérez Prado, el no menos ilustre cubano Miguel Matamoros, y actuó en películas mexicanas como "Carita del cielo" (1946), junto a la rumbera Ninón Sevilla; "Fuego en la carne" (1949), con la mexicana Meche Barba, y "Novia a la medida" (1949).
Durante los seis años que permaneció en México, país que lo deslumbró -según confesó alguna vez-, Moré penetró para siempre el mundo de la jazzband, y decidió que ese era el formato orquestal idóneo para sus creaciones musicales.
Al regresar a Cuba vio consagrado su triunfo durante el segundo encuentro con Mariano Mercerón y con la legendaria banda de Bebo Valdés.
Su Banda Gigante, a la que llamaba "La Tribu" y estaba integrada por negros -como él-, estuvo ausente mucho tiempo de los salones aristocráticos, pero sus conciertos rápidamente llegaron a ser masivos, llenos de gente que le amó y valoró su arte.
Con un innato sentido musical, "El Benny" dejó su huella en canciones memorables como "Vida", "Bonito y sabroso", "Qué bueno baila usted" y"Cienfuegos".
La última actuación del afamado cantautor fue el 17 de febrero de 1963 (dos días antes de su muerte) en Palmira, cerca de su pueblo natal, donde después de entregarse "en cuerpo y alma" a su público, ingresó en gravísimo estado, al parecer por la ruptura de una várice encefálica debido a una cirrosis hepática desatendida durante años.
Su muerte, ocurrida a los 44 años, sorprendió dolorosamente a todos los cubanos, y su sepelio fue uno de los más concurridos que hayan tenido lugar en la isla caribeña.
Cuatro décadas después de su muerte, aún es recordado en Iberoamérica, donde los nombres de muchos poblados cubanos se dieron a conocer en la voz del Benny, quien dedicó canciones a muchos de estos lugares.
Para los cubanos, su voz sigue siendo nueva, recordada, anhelada, y nunca deja de escucharse por las emisoras locales de radio. Fi