“El tema de la violencia, desalojos e intransigencia del Gobierno a no responder a nuestras propuestas va a afectar a la situación de los estudiantes y también el panorama electoral. Se viene un momento social peligroso”, advirtió González.

La decisión llega después de varios días de enfrentamientos entre los alumnos, que exigen se le quite el control de la educación a los gobiernos municipales, y los carabineros, que han detenido a más de un centenar de personas y golpeado a los alumnos durante el desalojo de los colegios tomados por los manifestantes.

Las protestas se intensificaron el pasado 9 de agosto, después que una movilización de estudiantes de instituto terminó con enfrentamientos con las fuerzas de seguridad tras la quema de autobuses.

“Todos nosotros queremos estudiar, pero ¿bajo qué condiciones? Son paupérrimas. Esto se trata de demandas históricas que nosotros dejamos de manifiesto en la propuesta que presentamos hace cuatro meses al ministro (de Educación, Harald) Beyer”, explicó la dirigente.