La Policía Federal de Brasil inició hoy martes una huelga nacional por tiempo indeterminado para exigir reajustes salariales y un nuevo plan de carrera, sumándose a la ola de paralizaciones laborales en el servicio público del país sudamericano con la participación de más de medio millón de trabajadores.

La paralización policial ocurre en 25 estados del país y el Distrito Federal, mientras que en Río de Janeiro está prevista una asamblea esta tarde para definir la adhesión al movimiento.

En Sao Paulo, el presidente del sindicato de polícias federales, Alexandre Santana Sally, dijo que el efectivo mínimo exigido por ley será mantenido, pero servicios como la emisión de pasaportes, la fiscalización de empresas de seguridad y escolta de presos serían perjudicados.

"El primer acto de la huelga fue la entrega simbólica de armas y distintivos, para señalar que nuestro movimiento es pacífico y para mostrar la desmotivación con el gobierno que nos viene tratando de forma no amigable", señaló.

Los dirigentes gremiales reclaman que el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff se había comprometido a presentar una propuesta de reestructuración salarial y de carrera hasta el día 31 de julio, pero se incumplió.

La Policía Federal brasileña cuenta con 15.000 efectivos distribuidos en los 27 estados del país, 70 por ciento de los cuales paralizaron actividades.

Se estima que serán afectadas las investigaciones sobre tráfico de drogas, inspecciones de empresas de seguridad y control de agencias bancarias, y operaciones "padrón", que serán practicadas en aeropuertos, puertos y puestos de frontera.

La última huelga nacional de la Policía Federal, en 2004, se extendió por 45 días. Fi