El Gobierno japonés divulgó el martes su libro blanco de Defensa 2012, que está lleno de palabras obsoletas, ya presentes en sus ediciones previas, y mantiene el viejo tono de "la teoría de amenaza de China" reflejando la mentalidad de Guerra Fría de Tokio.
El libro blanco indicó que varias embarcaciones chinas entraron en aguas territoriales de Japón cerca de las "Islas Senkaku" (las Islas Diaoyu de China) y definió la acción como una preocupación para la región.
Sin embargo, al observar las acciones niponas de los últimos días, tales como la farsa de intentar comprar las Islas Diaoyu, la búsqueda deliberada del fortalecimiento de la alianza militar con Estados Unidos, y los frecuentes ejercicios conjuntos, no es difícil comprender que las acusaciones japonesas contra China son insostenibles.
El libro blanco también muestra la inquietud nipona sobre la navegación de las embarcaciones chinas entrando y saliendo del Océano Pacífico, al advertir de que esto se ha convertido en rutina.
China insiste en una política militar de naturaleza defensiva y opta por el camino del desarrollo pacífico.
En el documento, Tokio enfatizó la cooperación militar entre Japón y Estados Unidos y abogó por la efectiva construcción de la defensa nipona, una demostración de hipocresía y arrogancia.
Los libros blancos anuales de Defensa publicados por Tokio en los últimos años reflejan su mentalidad de Guerra Fría, su pensamiento derechista y su miedo hacia China. Las criticas infundadas por parte de Japón contra el desarrollo de la defensa nacional china y sus actividades militares, así como sus comentarios irresponsables sobre los asuntos internos chinos, son inaceptables .
Durante los intercambios milenarios entre China y Japón, los dos vecinos han sido testigos de buenas relaciones y también de confrontaciones y guerras.
Sin embargo, un puñado de derechistas abogan por el populismo y pretenden abandonar la cláusula pacifista de la Constitución japonesa que obliga al "pueblo nipón a renunciar para siempre a la guerra". Se debe seguir de cerca los intentos por parte de los derechistas.
Dada la tendencia inexorable del desarrollo que actualmente predomina en todo el mundo, es mejor para las autoridades de Tokio que tomen una evaluación positiva respecto a la situación, asumiendo una actitud correcta hacia el ascenso de China y de otras economías emergentes.
Japón debería considerar como oportunidad, en vez de amenaza, el desarrollo de China. Como bien ha apuntado el ex ministro de Finanzas japonés Kaoru Yosano, la evolución acelerada de China constituye una base importante de la economía del este asiático, incluyendo a la de Japón.
Abogamos por el abandono de la mentalidad de Guerra Fría, debido a que ésta resulta peligrosa al provocar de manera intencionada tensiones a nivel mundial. Los comentarios irresponsables y las especulaciones maliciosas dañan la paz y la estabilidad regionales.
Sin duda alguna, es sensato fomentar unas relaciones amistosas entre vecinos, a fin de conseguir un desarrollo compartido.