Con las palabras de despedida y agradecimiento de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, cayó el telón de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Río+20, en Río de Janeiro, Brasil.
Delegados de 193 naciones se reunieron en el centro de convenciones Ríocentro de la ciudad carioca, para negociar y discutir alrededor de un extenso documento de 283 párrafos que contiene los principales acuerdos planetarios para alcanzar un desarrollo que sea amigable con el ambiente, y rescatar a la naturaleza del intenso deterioro que sufre actualmente.
Los presidentes, jefes de Estado y de Gobierno, así como ministros y otros representantes de las naciones participantes, desfilaron uno a uno a lo largo de estos tres días en el podio de la sesión plenaria para plantear sus inquietudes respecto a la urgente necesidad de cambiar el rumbo del desarrollo económico, social y ambiental del mundo.
El primer día de sesiones destacó el discurso del primer ministro de China, Wen Jiabao, quien hizo el anuncio de una importante donación de 6 millones de dólares para el fondo fiduciario del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente para proyectos y actividades que ayuden a los países en desarrollo a elevar su capacidad de protección ambiental.
Otras naciones reclamaron la atención de los líderes mundiales para enfrentar problemas como el cambio climático, los desastres naturales, la pobreza, la desigualdad, el hambre y los problemas de sostenibilidad para recursos como el agua.
Junto a las discusiones principales, el centro de Convenciones Ríocentro fue escenario de más de 500 eventos paralelos entre exposiciones, lanzamiento de nuevos proyectos y conferencias de prensa para referirse a los diferentes tópicos de esta cumbre.
En Río+20 se concretaron compromisos por 513.000 millones de dólares para el desarrollo sostenible en energía, transporte, economía verde, reducción de desastres, desertificación, agua, florestas y agricultura.
La cita fue cubierta por un total de 4.075 periodistas acreditados de todo el mundo, que junto a los 12.000 delegados, 9.856 miembros de organizaciones no gubernamentales y movimientos sociales; protagonizaron la conferencia de ONU más grande de su historia.
Con algunos ligeros cambios, el pleno de las naciones reunidas en Río dio su aprobación al documento que contiene los compromisos que deberían guiar al mundo hacia el desarrollo sostenible, como lo hiciera primera declaración de Río en 1992.
Tanto el secretario general de la conferencia, el chino Sha Zukang, como el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, resaltaron el documento final como una "guía firme" y una "herramienta de trabajo" para que el mundo consiga el desarrollo sustentable que tanto anhela.
"El desarrollo sostenible es la única opción para el planeta. Que el sentido de compromiso y solidaridad continúen en ustedes para desarrollar la visión de desarrollo sostenible que compartimos. Que el espíritu de Río esté con ustedes", dijo Sha al despedirse de las delegaciones.
Por su parte la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, aseguró en su discurso de clausura que es "hora de actuar" y destacó el acuerdo alcanzado tras varios días de negociaciones previas a esta cumbre.
"Las construcciones colectivas basadas en el difícil arte del diálogo son más fuertes", afirmó Rousseff.
Río de Janeiro y la presidenta brasileña despidieron a los visitantes, no sin antes hacerles la invitación para regresar en el año 2014, cuando Brasil sea sede del próximo Campeonato Mundial de Fútbol. Fin