La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó en la noche del viernes, al cerrar formalmente la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Rio+20 que "ahora es la hora de actuar".

En el Riocentro, zona norte de Río de Janeiro, al lado del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y del secretario general de la Río+20, Sha Zukang, la líder brasileña afirmó que la conferencia es "un punto de partida, pero no es el techo de nuestro avance".

Según ella, el documento final es un "hito histórico" en el conjunto de las conferencias sobre medio ambiente, y contribuirá para la construcción de un mundo más justo, ecuánime y más próspero.

Afirmó que Brasil buscó organizar una conferencia demócratica y participativa, manteniendo un equilibrio respetuoso entre las posiciones de todos los países.

"Las construcciones coletivas basadas en el difícil arte del diálogo son más fuertes", subrayó, destacando que el documento final es producto del consenso y de la visión colectiva de los participantes.

Consideró que el mismo espíritu debe prevalecer para encontrar la solución a la crisis que afecta a los países desarrollados, en especial de Europa.

Señaló que el documento no retrocede con relación a las decisiones de Río 92, de la conferencia de Johannesburgo, ni de los diferentes acuerdos resultantes de las otras conferencias de la ONU.

El texto avanza mostrando la evolución de las concepciones de desarrollo sostenible, y sienta las bases de una agenda para el siglo XXI.

Entre los puntos incluidos en el acuerdo resalta el hecho de haber colocado la erradicación de la pobreza para el centro del debate, la definición de los Objetivos de Desarrollo Sustentable y la creación del Foro de Alto Nivel que coordinará el trabajo de la ONU sobre el tema.

Afirmó que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) sale fortalecido inclusive en términos presupuestarios, será creado un indicador más adecuado que el PIB para medir el desarrollo, fue establecido un Plan Decenal de consumo y producción sustentable y será elaborado un tratado específico para el cuidado de la biodiversidad marina.

Destacó la participación de la sociedad civil, y felicitó en especial a los países en desarrollo que asumieron compromisos concretos, inclusive sin la contrapartida de financiamiento prometida por los países desarrollados.

"Todos los países precisan y deben avanzar por encima de lo establecido en el documento pero ninguno tiene el derecho de quedarse atrás del documento", enfatizó.

"Iniciamos una caminada, que debe ser orientada con mucha ambición para alcanzar la sociedad sostenible", dijo.

Señaló que a los resultados de la conferencia se suman los diálogos de la Cúpula de los Pueblos, grandes, de los foros de ciudades, mujeres, movimientos sociales y ONGs.

Dijo que decenas de miles de personas participaron, con casi 1.000 eventos paralelos, y por internet ciudadanos de todo el mundo opinaron sobre los temas de la conferencia.

Afirmó que los conceptos de "crecer, incluir y proteger" que guió el trabajo de la Río+20 es una "tríada compatible".

"Decían que el multilateralismo está agonizante, pero demostramos que es instrumento insustituible de la democracia y para encarar los desafíos que enfrenta la humanidad", resaltó.

"Ahora es hora de actuar. Que el espíritu de Río esté con todos nosotros", concluyó. Fin