(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – El primer ministro chino, Wen Jiabao, partió en la mañana de este martes rumbo a la ciudad brasileña de Río de Janeiro, donde participará en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (Río+20), además de cumplir visitas oficiales a ese país, Uruguay, Argentina y Chile.
En Río+20, que sesionará del 20 al 22 de este mes, Wen mostrará los esfuerzos de su país por avanzar hacia el desarrollo sostenible e intercambiará puntos de vista con otros líderes mundiales, tras lo cual honrará las invitaciones oficiales de los presidentes Dilma Rousseff, José Mujica, Cristina Fernández y Sebastián Piñera.
China espera que la reunión, también conocida como Cumbre de la Tierra, transmita señales “positivas, claras y fuertes” de la cooperación internacional en materia de desarrollo sostenible, señaló el viceministro chino de Relaciones Exteriores, Xie Hangsheng, en una rueda de prensa celebrada este lunes en Beijing.
Durante su gira por Sudamérica, Wen abordará con los líderes de las cuatro las relaciones bilaterales, así como asuntos regionales e internacionales de interés común, lo que llevará los vínculos chino-latinoamericanos a una nueva etapa de desarrollo, dijo Xie.
“El desarrollo de la economía verde será una tarea a largo plazo y de enormes proporciones, creemos que la comunidad internacional debe fortalecer la cooperación en esta área y evitar deficiencias”, expresó el diplomático y subrayó la necesidad de “proporcionar un ambiente externo favorable para los países en desarrollo, en particular el apoyo a la financiación, la tecnología y la creación de capacidad”.
“Creemos que es la hora de establecer objetivos para el desarrollo sostenible. Los principios de Río deben ser atendidos, en especial el de las responsabilidades comunes pero diferenciadas”, añadió Tan Jian, del Departamento de Organización Internacional y Conferencias de la Cancillería china.
En tanto, la gira por Brasil permitirá cerrar importantes acuerdos, entre ellos los relativos a agricultura y cuarentena, y contribuir a consolidar una asociación más estrecha entre nuestros dos países, afirmó Clodoaldo Hugueney, embajador de Brasil en China.
Hugueney adelantó que también se podrán producir resultados concretos en los sectores de comercio y tecnología, como el de desarrollo “de una nueva generación de satélites durante”.
Igualmente importante consideró el embajador las posibilidades de ampliar el volumen comercial en el sector agrícola, teniendo en cuenta que Brasil, el mayor exportador de carne del mundo, quiere “ser un proveedor a largo plazo de carnes y embutidos a China”.
“Estamos ultimando las ofertas en un intento por ampliar la cooperación en la industria espacial, construcción de infraestructuras, energía y otros campos. La amplia gama refleja la naturaleza de nuestra cooperación”, añadió.
En relación con Río+20, no son muchas las expectativas de los medios occidentales de comunicación, que le conceden pocas posibilidades de pasar a la historia como la cumbre que inauguró una nueva era en la preservación de los recursos naturales del planeta.
El megacónclave, que congregará a casi 130 jefes de Estado y Gobierno, instituciones y organizaciones de todo tipo, sumando un total de 50.000 asistentes, tropieza con el crítico momento que vive Occidente, más pendiente de resolver su grave coyuntura económica que de buscar alternativas para un modelo de desarrollo que muchos ya dan por muerto y amortizado.
“Desafortunadamente el texto carece de la ambición para introducir un cambio radical que resuelva los problemas a los que nos enfrentamos, como la falta de alimentos y de agua, y el aumento de los precios de la energía”, explicó el ex secretario ejecutivo de la Convención de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Yvo de Boer.