Las autoridades municipales de Río de Janeiro pretenden iniciar una campaña entre la población para ofrecer hospedaje a los participantes de la cumbre sobre el clima Río+20, que tendrá lugar en la ciudad en el mes de junio, informaron medios locales.
Este proyecto se adoptaría ante la falta de hoteles para atender la demanda, agrega la información.
Unas 50.000 personas deberán participar entre el 20 y el 22 de junio a la cumbre que organiza la ONU en Río de Janeiro, cifra superior a la actual capacidad hotelera de la ciudad, que dispone ahora de 33.000 cuartos entre hoteles, albergues, posadas y moteles.
Según el diario O Globo, el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, lanzará próximamente una campaña para que los habitantes de esta ciudad brasileña reciban en sus casas a parte de los participantes en la reunión. Cuando faltan tres meses para que tenga lugar la reunión, que contará con la presencia de las principales autoridades mundiales, los hoteles de Río de Janeiro están casi todos reservados, así como los de ciudades vecinas como Petrópolis (a unos 70 kilómetros) y Mangaratiba (a 100 kilómetros).
La organización además, reservó hoteles en otras localidades más alejadas, como Angra dos Reis (a 157 kilómetros de Río de Janeiro) y se plantea hacer lo mismo en ciudades turísticas del litoral de Río de Janeiro como Cabo Frío y Búzios.
Por el momento, 80 jefes de estado y 120 delegaciones ya han confirmado su presencia en el evento, aunque se espera que próximamente otros países de los 193 que forman la ONU anuncien su presencia a la cumbre.
La baja capacidad hotelera de Río de Janeiro es uno de los puntos que la ciudad se comprometió a mejorar en vistas a los importantes acontecimientos que recibirá en los próximos años, como los Juegos Olímpicos y el Mundial de Fútbol.
Para lograr ser la sede, Río de Janeiro prometió la construcción de nuevos hoteles y poder ofrecer más alojamiento para cruceros.
Una semana antes de la cumbre Río+20, la ciudad acogerá la Cumbre de los Pueblos, un encuentro oficial organizado por organizaciones no gubernamentales y sociales paralela a la reunión sobre el clima, y que deberá atraer a miles de participantes.
Debido a ello, las autoridades de Río de Janeiro lograron desplazar hacia Foz de Iguaú, a unos 1.500 kilómetros, el Congreso Mundial de Odontología, y aplazar un Congreso de enfermería de Estados Unidos, que debían celebrarse en las mismas fechas. Fin